8 septiembre 2012 por Mayra Rodríguez
CIUDAD DE GUATEMALA – Representantes del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala reiteraron esta semana el apoyo a Monseñor Alvaro Ramazzini, recientemente nombrado Obispo de Huehuetenango, y el compromiso de impulsar el trabajo ecuménico en favor de la vida, la paz y el medio ambiente, en su nueva diócesis, ubicada a 266 kilómetros de esta capital.
La delegación, conformada por pastores y líderes del presbiterio de Q'anjob'al, la Alianza de Presbiterios Reformados, la Iglesia Episcopal de Guatemala, la Pastoral Indígena del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y el Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, visitó al hoy obispo de Huehuetenango, en sus oficinas diocesanas, donde se abordó la necesidad de mantener el contacto y la coordinación entre las iglesias para dar un testimonio de unidad, desde el compromiso social y a favor de la población más vulnerable y de sus luchas.
La visita se realizó con el objetivo de dar la bienvenida a monseñor Ramazzini a su nueva diócesis, manifestar el apoyo y la solidaridad de las iglesias protestantes y presentar a los líderes y pastores del presbiterio de Q'anjob'al, con presencia en Huehuetenango, a fin de iniciar un proceso que lleve a la celebración de actividades conjuntas.
"Es un gusto recibirles en esta nueva casa, les agradezco la visita y me alegra tener la oportunidad de relacionarme con los iglesias protestantes en Huehuetenango, pues creo en el ecumenismo, en el diálogo, y considero que necesitamos seguir fortaleciendo estos lazos de hermanamiento en Cristo, y que en unidad busquemos las soluciones a todas las problemáticas que nuestro país tiene," expresó monseñor Ramazzini, quien por más de 25 años estuvo a cargo de la diócesis del departamento de San Marcos.
"Estamos con usted monseñor, por cualquier necesidad espiritual, moral y material que tenga, estamos para servirle y para patentizarle nuestra solidaridad," ofreció el pastor Moisés Colop, de la Alianza de Presbiterios Reformados de Guatemala. "Oramos por usted y por las luchas que usted empuja," dijo y agregó que "nuestra convicción ecuménica nos demanda seguirnos ayudando, pues los que trabajamos en favor del bien común y por el ecumenismo, muchas veces encontramos obstáculos, incluso, dentro de nuestras propias iglesias, por lo que necesitamos fortalecernos y animarnos unos a otros, para un trabajo bien hecho y efectivo para las mayorías."
El coordinador de la Pastoral Indígena del CLAI, Miguel Salanic, expresó que "queremos seguir aprendiendo de su trabajo comprometido y su ministerio que ha hecho presente a la Iglesia en medio de las comunidades, y en favor de la población indígena, pues muchas veces las iglesias descuidamos esta parte y el ejemplo que usted nos ha dado de su trabajo en San Marcos y otras regiones del país, nos motiva, así que le animamos a seguir adelante."
"Agradezco sus palabras de apoyo, pues en Huehuetenango los retos son muy grandes, hay varios lugares con fuertes conflictos sociales, el caso del municipio de Barillas y la presencia fuerte del narcotráfico, por ejemplo; y encuentren en mí a alguien dispuesto a unirse a ustedes en la defensa de la vida, de la persona humana, del medio ambiente, por el derecho de los pueblos indígenas, de la defensa de su territorio y las consultas comunitarias" dijo Ramazzini.
En la reunión se intercambió información sobre los primeros contactos que ha habido en San Juan Ixcoy, Huehuetenango, entre la Iglesia Presbiteriana y la Iglesia Católica, y se acordó tener una oración ecuménica pública por la Jornada Mundial de Oración por la Paz, que la iglesia católica está impulsando, en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de las y los cristianos. La oración se realizará en la cabecera departamental de Huehuetenango y participarán representantes del presbiterio de Q'anjob'al y una delegación del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala.
Anteriormente se había realizado alguna celebración litúrgica ecuménica en Huehuetenango, pero de forma privada.
Monseñor Alvaro Ramazzini, de 63 años de edad, es reconocido a nivel nacional por su importante contribución en favor de la vida de las comunidades y del acceso a sus recursos naturales y contra la presencia de la explotación minera en Guatemala, un país que no tiene vocación para la industria extractiva.
Su lucha más reciente ha sido detener la actividad minera, específicamente de la empresa canadiense GoldCorp, dueña de la Mina Marlin en Sipakapa, San Marcos, por el daño ambiental y los efectos nocivos para la salud de los comunitarios y la contaminación de los manantiales de agua, así como la injusta retribución a las comunidades por las ganancias que la empresa obtiene.
Según investigaciones de la Comisión Pastoral de Paz y Ecología de la diócesis de San Marcos, la empresa GoldCorp invierte $192.00 dólares americanos por cada onza de oro que extrae, la cual vende a un promedio de $1,600.00 dólares, y utiliza 250 mil litros de agua en una hora para lavar los minerales, el equivalente a lo que una familia campesina usaría en 22 años. Pese a la oposición comunitaria, el gobierno guatemalteco ha aprobado 13 nuevas licencias de exploración minera en ese departamento.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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