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Una Misma Virgen Desde Dos Orillas Celebra Su Aparición Con Júbilo De Sus Creyentes

10 septiembre 2012
por José Aurelio Paz

LA HABANA, Cuba – Tanto en Cuba como en Miami creyentes católicos celebraron este sábado, de diversas maneras, el aniversario 400 de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, cuando, según la leyenda, dos hermanos indios y un muchacho negro de unos diez años, conocidos en el imaginario popular como "Los tres Juanes," divisaron el icono sobre una tablilla en el mar allá por el año 1612.

"Que Dios nos ayude a vivir en el amor y trabajar por esta Cuba hermosa para encontrar juntos la solución de los problemas," decía en su homilía el arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García, desde el santuario nacional de la Virgen, ubicado en la provincia de Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al sudeste de esta capital, misa que fuera transmitida en vivo por la televisión nacional.

Mientras, en Miami, la celebración tuvo por orador al arzobispo de la ciudad, monseñor Thomas Wenski, quien calificó la coronación de la Virgen, en su cuarto centenario, como una celebración magna de amor y de fe, cuando "son cuatro siglos de presencia en la historia y en la vida del pueblo cubano" (que) "jamás ha dejado de experimentar la maternal asistencia y la intercesión protectora de la que con cariño y confianza también, llamamos Cachita," expresó.

A lo largo de toda la isla de Cuba, múltiples fueron las expresiones de fe a la Virgen, a través de actos, eucaristías y procesiones por las calles, mientras en La Habanas unos 600 feligreses marcharon encabezados por el cardenal monseñor Jaime Ortega, cuando las relaciones Iglesia-Estado viven su mejor momento de todos los tiempos desde que la Revolución cubana triunfara a principios de los ‘60 del pasado siglo.

Sin embargo, también en "las dos orillas," creyentes de los cultos de origen africano, rindieron tributo a Oshún, la deidad en la cual se sincretiza la Virgen del santoral católico, conocida como la dueña de las aguas dulces, la sensualidad, la coquetería y el amor, elementos que la humanizan en las características de la idiosincrasia de la mujer cubana, y que se venera colocándole girasoles (su color preferido es el amarillo), velas, calabaza y miel, entre otras ofrendas.

Ha de recordarse que entre 2010 y 2011 la imagen original de la Virgen recorrió todo el país en anunciamiento a esta conmemoración y que, luego, el papa Benedicto XVI, en marzo pasado, recorrió el santuario y oró ante ella coincidentemente con el Año Jubilar por el hallazgo de la misma, a la cual le fuera entregada la llamada Rosa de Oro, distinción creada por el papa León IX en 1049, por su carácter de símbolo de devoción, identidad y patriotismo de todos los cubanos y las cubanas que, desde cualquier geografía, la siguen venerando; cuando la Caridad del Cobre, más allá de la diversidad de ópticas y posiciones políticas entre sus hijos, incluso a contrapelo del sector evangélico y protestante que no la reconoce, propugna sentimientos comunes de bienestar, buenos augurios, solidaridad y mejoramiento humano, en el afán por preservar la fe en un mundo cada vez más guerrerista y convulso.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación

 

 


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Last Updated September 22, 2012