14 agosto 2012 por Mayra Rodríguez
CIUDAD DE GUATEMALA – Con una imposición de manos y una oración dirigida por el pastor José Pilar Álvarez, la congregación de la Iglesia luterana de San Marcos, consagró al ministerio pastoral de la diaconía a Pérsida Gudiel, convirtiéndose así en la primera mujer ordenada al ministerio allí, lo cual será refrendado el 19 de agosto próximo en una liturgia especial dirigida por el obispo salvadoreño Medardo Gómez, en la Iglesia Luterana ubicada en Zacapa, donde se ordenará también a Nidia Galdámez, como pastora para este departamento.
Fue una liturgia llena de simbología y emotividad, en la que se cantaron himnos de alabanza y se compartió la palabra de Dios, basada en el Evangelio de Juan 6, 1-15.
Antes de la predicación se llevó a cabo la consagración de la nueva pastora luterana, rito que fue dirigido por Yasna Crüsemann, pastora alemana, quien se refirió a la invitación de Lutero a no hacer diferencias entre sacerdotes y laicos. "Esta una idea protestante muy profunda y las mujeres y hombres somos la cara femenina y masculina de Dios," afirmó.
"La iglesia debe estar siempre reformándose, debe crear espacios donde se reúnan en justicia, es decir, donde hombres y mujeres se relacionen de forma justa, y les felicito porque ustedes están emprendiendo ese camino," expresó Crüsemann a la congregación luterana, y agregó que en la práctica de fe luterana es la comunidad la que elige a sus pastores, no vienen por imposición, lo cual requiere que estos tengan siempre el apoyo de la congregación.
En el momento de la consagración toda la comunidad se colocó alrededor de Pérsida, levantaron sus manos y oraron pidiendo la bendición de Dios, para que la nueva pastora luterana sea profeta en San Marcos, y trabaje desde su ministerio y con la Iglesia, por la justicia, ya que en este departamento guatemalteco han sido aprobadas 13 licencias de exploración para la explotación de sus recursos naturales.
En un gesto bastante significativo, el pastor José Álvarez se despojó de su estola y la puso en manos de Hilda Orozco, presidenta del Consejo de la Iglesia, quien invitó a Pérsida a ser la pastora de esa congregación y, con la bendición de Dios, se la impuso a ella, invitándola a hacer la predicación.
"Doy gracias a Dios porque ha enviado ángeles que han apoyado en todo a esta ‘ovejita,' que por ser mujer no querían que dirigiera ningún rebaño," dijo Pérsida al iniciar su predicación, refiriéndose a la dificultad que encuentran las mujeres para ser ordenadas al ministerio, debido al conservadurismo del liderazgo masculino y a una cultura machista que permea toda la sociedad.
Con lágrimas, Pérsida agradeció a sus progenitores, a su familia y a su congregación por apoyarla siempre.
En la liturgia participó una delegación de jóvenes de las iglesias Luterana, Católica y Metodista de Alemania, así como representantes del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala.
Ralf Haussler, pastor alemán, entregó como regalo a Pérsida unos lapiceros, invitándola a usarlos para escribir sus predicaciones y sus reflexiones, pero también para escribir denuncias de todo aquello que atente contra la vida, y a anunciar la presencia de una Iglesia comprometida con su pueblo.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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