6 julio 2012 por Susana Barrera
SAN SALVADOR – Que vivir en territorios llamados de frontera es constar las inequidades territoriales, cuando los territorios determinan la condición socioeconómica y las posibilidades de accesos a bienes que garanticen la prosperidad de las personas, es uno de las principales conclusiones que destaca, el Informe Latinoamericano Pobreza y Desigualdad 2011, dado a conocer esta semana.
Dicho documento constituye una radiografía regional elaborada por Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, con e3l apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo–Canadá (IDRC por sus siglas en inglés), y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), agencia especializada de las Naciones Unidas.
Esta investigación cualitativa y cuantitativa, con enfoque territorial, ya ha sido presentada en México, Guatemala, Chile y Ecuador, como aporte a la discusión sobre la pobreza y la desigualdad en América Latina. En su primera parte, se abordan cifras para las dimensiones de educación, salud, dinamismo económico y empleo, ingreso y pobreza; seguridad ciudadana, y género de diez países de la región: Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
La segunda parte, analiza las implicaciones de estas desigualdades en las políticas públicas y su relación con las capacidades institucionales. Se postula que las políticas sectoriales no son neutras ante la desigualdad territorial, pues una misma política puede contribuir al desarrollo de un territorio, no tener mucho impacto en otros y afectar, negativamente, a un tercero.
Estudió, además, políticas públicas implementadas en tres países de la región: la política educativa escolar, en Chile; los programas de desarrollo rural, en México; y el bono de desarrollo humano, en Ecuador. En este mismo apartado, se analizan indicadores sobre la capacidad de gestión de los gobiernos locales, que dan cuenta de las desigualdades territoriales en este ámbito. Finalmente, el documento analiza dos experiencias exitosas de desarrollo endógeno: Sierra sur, en Perú, y Santander, en Colombia.
El Informe es presentado aquí, en el marco del trabajo que realiza el Grupo de Diálogo Rural (GDR) El Salvador, un espacio que funciona desde enero de 2011 en la nación, y cuyo objetivo es organizar y conducir procesos de diálogo político sobre pobreza y desigualdad.
El GDR está integrado por funcionarios públicos, cooperantes, organizaciones y miembros de universidades, entre otros grupos decisores.
La secretaria técnica del GDR, Ileana Gómez, del directorio del Programa Salvadoreño de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente (PRISMA), considera que esta investigación es un espejo donde se refracta la región con demasiadas desigualdades, como países y como territorios. Este es un insumo para favorecer el diálogo de políticas públicas sobre la ruralidad, donde más se marca la marginación social. Nuestro interés no es solo definir cuánto crece o empeora la situación de un país en promedio, sino cómo esos resultados se distribuyen en los territorios," indicó.
Al respecto, Amy Ángel, integrante del Grupo Diálogo Rural (GDR) El Salvador, opina que "el Informe nos indica el rezago que siguen teniendo las áreas rurales de América Latina comparadas con las urbanas. La pobreza es mayor, y las brechas en educación, salud y empleo son más grandes. Confirma la necesidad de enfocarse en los territorios de menor desarrollo para invertir en el capital social y las capacidades humanas, y así romper el círculo vicioso de la pobreza."
El Informe destaca además que, independiente del resultado promedio del existen territorios sub nacionales significativamente rezagados y que presentan ciertas características en común, porque son más pequeños en términos de población, más rurales, tienden a tener una mayor proporción de población perteneciente a pueblos originarios o afro descendientes, además de que tienden a estar más alejados de las capitales nacionales y/o de las grandes ciudades, siendo muchos territorios sub nacionales rezagadas localidades fronterizas.
En este mismo contexto, la investigación concluye que las zonas urbanas se ven afectadas, principalmente, por problemas de inequidad de ingresos y seguridad ciudadana. En tanto, las zonas rurales presentan rezagos en el acceso a servicios y derechos básicos, como salud y educación. En ese marco, se puede indicar que en América Latina, la pobreza es rural y la desigualdad urbana.
De igual modo el informe a estadísticas específicas de El Salvador, como es el caso de que, en 2009, un 43 por ciento de la población nacional estaba bajo la línea de pobreza, observándose importantes diferencias territoriales, en términos de promedio simple departamental. También se refiere a una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones políticas de la nación, particularmente en los departamentos paracentrales de San Vicente y Cuscatlán. En el país, la participación femenina en cargos de elección popular fue medida como el porcentaje de mujeres que se presentan como candidatas a alcaldesa, respecto del total de candidatos por departamento.
También resume la seguridad ciudadana dando cuente de que en la región existe la tendencia a desarrollar instrumentos de recolección de información sobre este tema solo para las grandes urbes. El Salvador es uno de los países con una menor disponibilidad de policías por habitantes, país que, en 2007, contabilizó un promedio simple municipal de 100 policías por cada cien mil habitantes.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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