10 mayo 2012

ESTADOS UNIDOS – Un documento presentado por Evangélicos y Católicos Juntos (Evangelicals and Catholics Together), recientemente, denuncia los ataques que reciben los cristianos en muchos países y hace énfasis en la pérdida de libertad religiosa, incluso en países de Norteamérica y Europa.

El documento alude a la urgente necesidad de defender la verdadera libertad religiosa por el bien común que esta constituye para la sociedad, cuando en el mismo se reconoce que los cristianos "hemos fracasado, con frecuencia, en querer vivir esta libertad, persiguiendo a otras religiones o haciendo uso de métodos coercitivos de proselitismo," entre ellos el apoyo del Estado. Asunto que hace más vulnerable a la fe en estos tiempos.

También se insiste en la necesidad expresa de mantener una separación real entre Iglesia y Estado, lo cual no siempre se comporta así, cuando esta es la garantía legal, precisamente, de esa libertad. Y expresa que: Católicos y evangélicos proponen que el papel de los ciudadanos, tanto creyentes como no creyentes, sea igualitario en el plano público, sin que por ello se desestimen las ideas y aportes de ambos, a fin de trabajar en la construcción de un espacio real de libertad y de debate.

Así mismo, se alude a los casos de persecución violenta que han venido incrementándose en los últimos años, los problemas de los cristianos en los Estados que defienden la religión islámica, citando, de manera especial, a países como Egipto, Irán, Irak, Pakistán y Nigeria y el radicalismo, incluso, contra el uso de los símbolos religiosos.

"Pero también la libertad religiosa está en peligro en algunos países donde el idioma de los derechos humanos es parte del vocabulario moral público," se afirma y cita el caso de los problemas con la legislación norteamericana en relación a la objeción de conciencia para los médicos que se niegan al aborto o los ministros religiosos que se ponen a los matrimonios gay.

Finalmente, el documento insta a que tantos católicos como evangélicos trabajen juntos en la búsqueda del respeto real a las creencias, comprometiéndose a trabajar juntos en aras de defender y restaurar la libertad religiosa, como parte de los derechos democráticos, en el mundo de hoy, cuando "vemos la evidencia de la historia, que nos enseña que las sociedades religiosamente libres son mejores para el pueblo y más seguras para el mundo."

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación