16 marzo 2012
SANTO DOMINGO – Los obispos de República Dominicana y Haití, al concluir su reunión iniciada el pasado lunes en esta capital, hicieron público su deseo de sensibilizar a ambos gobiernos con el respeto a los derechos humanos de los haitianos y acabar de resolver su status como migrantes aquí.
De igual modo, consideraron oportuno crear una comisión especial que impulse proyectos para la reconstrucción de Puerto Príncipe, devastada luego del terremoto de enero de 2010 y que, aún, presenta los vestigios fatales del fenómeno natural, por ausencia de políticas justas y efectivas para el pueblo.
Dicha comisión pedirá ayuda a instituciones, empresas, agencias, no gubernamentales y a particulares, ayuda que será canalizada a través de las organizaciones católicas del país haitiano, según el documento emanado de la reunión que duró tres días.
La declaración del XI Encuentro de Conferencias Episcopales explica que ese organismo creado tendrá como propósito esencial mantener el flujo de ayuda que la República Dominicana dio a Haití tras el sismo, mientras los obispos haitianos recalcaron la necesidad de conseguir materiales de construcción de calidad a precios asequibles para poder continuar con la reconstrucción de Puerto Príncipe, a la par que señalaron que la ayuda internacional no se ha concretado en la magnitud esperada y aún existe medio millón de personas que viven a la intemperie.
Como punto fundamental se trató la necesidad de respetar los derechos humanos de los ciudadanos haitianos que emigran hacia Dominicana, y que se le acabe de dar un status legal como migrantes, que les permita su integración social sin discriminaciones ni segregaciones como en el presente ocurre; sobre todo con los hijos de haitianos venidos durante la tragedia y los nacidos aquí, de padres que carecen de permiso de residencia.
Se atacaron las modificaciones hechas en 2010 a la Constitución de la República, la cual eliminó la posibilidad de que los hijos de inmigrantes nacidos aquí sean reconocidos como dominicanos si sus padres no poseen permiso de residencia.
Ambas Conferencias de Obispos están esperanzadas en que esta reunión, que acaba de concluir, sea un paso más de acercamiento entre ambas naciones en la búsqueda de soluciones a los problemas de los ciudadanos haitianos que han llegado al país por la frontera, luego de que ocurriera la catástrofe de hace dos años.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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