17 noviembre 2011 por Mayra Rodríguez
CIUDAD DE GUATEMALA – "Agradezco a la Diosa Madre por su despertar en mi vida, por la sabiduría que ha heredado en mí, por hacerme sentir esta necesidad de buscarla, encontrarla y sobre todo vivirla; a Dios Padre por permitirme reconocer que no puede existir una creación sólo con la presencia masculina," expresó Noemí Cuéllar, una de las 15 personas que, el pasado seis de noviembre, recibió la constancia que la acreditan como Bachiller en Teología Avanzada, tras tres años de estudio en el Instituto Teológico Reformado del Presbiterio Kaqchikel, de Chimaltenango.
Olor a pino, flores y frutas, un salón adornado con bonetes de graduación, diplomas y barriletes, familiares y amigos acomodados en sillas algunos y otros de pie, con el fondo musical de la Orquesta sinfónica de Comalapa en un escenario multicolor, dio inicio al acto de graduación, mientras el reverendo Ronaldo Similox, director general del Instituto Teológico Reformado del Presbiterio Kaqchikel, daba la bienvenida, para luego agradecer a Dios, a los "abuelos y abuelas, al Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra," desde la oración cristiana de la reverenda Josefina Inay y el reverendo Peter Nord, además de la expresión en el idioma kiché de la guía espiritual maya Felícita Rixqiacché.
Pronto ingresaron los estudiantes ataviados con sus mejores prendas y se dispusieron a escuchar la reflexión y la palabras de ánimo y felicitación del pastor Peter Nord, del Presbiterio de Baltimore de Estados Unidos, quien, desde hace años, ha apoyado fuertemente al Presbiterio Kaqchikel, especialmente en el tema de la educación.
La ceremonia de graduación fue dirigida por el reverendo Vitalino Similox, director académico de esa institución y secretario general del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, quien dedicó el acto a los mártires "que con su sangre abonaron los frutos que se están cosechando para la renovación del liderazgo y la continuidad en la tarea cristiana de ser ‘sal y luz del mundo' y de Guatemala, específicamente en Chimaltenango," expresó.
Cada uno de los 15 estudiantes presentó un resumen de su tesina, dedicada al estudio de la pobreza en Guatemala.
Berta Segura y Evangelina Pichol, que dedicaron su estudio a las principales reacciones de las mujeres de la comunidad de fe de San Andrés Itzapa ante su pobreza temporal, concluyeron que es imperativo dignificar a la mujer para lograr la dignificación de la humanidad y superar la pobreza.
Juan José Ochoa, proveniente del Presbiterio Suchitepéquez, relacionó la pobreza con las personas de la Tercera Edad de la Línea Férrea del sector Uno de Palín, Escuintla, identificando los obligados desplazamientos a fuentes de trabajo informal, debido a que las empresas del sector no los emplean.
"El conformismo, el machismo, el sistema religioso y cultural han formado personas empobrecidas, pero que, mediante una orientación objetiva, es posible que encuentren alternativas a su empobrecimiento," manifestó Sabino García, al compartir sus hallazgos de la investigación en la comunidad Santa Isabel, Chimaltenango.
La actividad culminó con la entrega de diplomas y reconocimientos de parte de las instituciones que facilitaron el Bachillerato a los estudiantes, como a quienes fueron homenajeados como Padrinos de la Promoción: Betsy Jenkins y Saúl Pérez, por su aporte a la culminación exitosa de este proceso de estudios.
Esta primera promoción de graduandos contó con el respaldo de la Universidad "Martin Luther King" de Nicaragua y la facilitación académica y teológica del Centro Evangélico de Estudios Pastorales en Centroamérica (CEDEPCA), el Seminario Presbiteriano y el Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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