11noviembre 2011 por Trinidad Vásquez
MANAGUA, Nicaragua – "En esta época de postmodernidad, es un gran desafío para las iglesias el cambio de un nuevo tipo de liderazgo protestante, donde la mujer forme parte integral y revisar el tipo de evangélico o cristiano que opta por la política no siendo sal y luz," expresó el reverendo Jairo Arce, en el marco del aniversario 494 de la Reforma Protestante, durante un foro celebrado por el Centro Inter-Eclesial de Estudios Teológicos y Sociales (CIEEST).
"En ese liderazgo cristiano, ya sea evangélico o católico, lo que se ha visto es que busca cómo enriquecerse aumentando la corrupción –expresó-. Hay que rechazar esos falsos valores y volver a retomar los de la comunidad de fe, de la justificación solo por la fe en la palabra de Dios."
Durante el foro referido a la Reforma, el teólogo Arce reseñó el papel de los reformadores en el siglo XVI, y las nuevas tesis para la reforma de la Iglesia y de la sociedad en la postmodernidad.
Analizó el fenómeno de lo postmoderno y sus efectos en las iglesias evangélicas de América Latina, considerando su estudio una labor ardua y compleja, "porque en esta parte del mundo, hoy, en su gran mayoría, no se experimenta aún a plenitud el paradigma de la modernidad, por lo que la postmodernidad toma un giro diferente al que desarrolla en otras partes del Planeta, especialmente en el primer mundo.
"Estamos ante un fenómeno que podemos describirlo como una nueva actitud de ver la vida, un desencanto de las ideas de la modernidad y que altera, en gran manera, a las iglesias evangélicas," comentó y dijo que se está reescribiendo un nuevo modo de ser y hacer Iglesia. "Se está gestando una eclesiología y una misiología atípica a la modernidad."
Agregó que la modernidad "nos ha dejado en claro que es imposible ser Iglesia sin contexto. Las iglesias no pueden seguir pretendiendo escapar del mundo como si esto los hiciera más santas" y puntualizó, como impostergable, un replanteo de una nueva eclesiología y una nueva misiología. "El diálogo religioso y confesional es ineludible. (…)
Este es un tiempo de cooperación que no solo trasciende barreras denominacionales, sino, también raciales, idiomáticas y de liturgia." Y concluyó: "La postmodernidad nos ha dejado en claro que es importante formar un nuevo tipo de liderazgo."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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