3 octubre 2011
COLOMBIA – En el programa Frente al País, en la emisora On Line punto4radio de la Iglesia Luterana de Colombia, los obispos Eduardo Martínez y Francisco Duque, saludaron como muy positiva la ley contra la discriminación que está a la espera de ser sancionada y reglamentada por el presidente Juan Manuel Santos.
A raíz de la aprobación en el Congreso de la República de Colombia, de la Ley – conocida genéricamente – Contra la Discriminación, una vez pasado el chaparrón por la incorporación, en la Cámara de Representantes, al texto aprobado por el Senado, se abre un compás de espera por la sanción presidencial y la reglamentación de la misma.
En el análisis realizado por los pbispos Eduardo Martínez, de la Iglesia Luterana de Colombia, y Francisco Duque, de la Iglesia Episcopal Anglicana, debe tenerse en cuenta de manera prioritaria, el cómo se hará el proceso de socialización de la ley, al interior de cada una de las comunidades de fe – sin que importa denominación– tanto por el gobierno como de las confesionalidades.
Martínez y Duque durante su participación en el programa periodístico que se emite por la emisora On Line de radio y tv de la iglesia Luterana, han precisado que debe tenerse en el mundo cristiano extremo cuidado con lecturas fundamentalistas de la Biblia en torno a este tema. "Nadie puede ser discriminado bajo ninguna razón, menos por su género y sexualidad," afirman.
Si bien para Duque y Martínez no hay dificultad en la generalidad de la Ley, la aplicación en las congregaciones no debería resultar difícil, aunque predicaciones históricas con carga discriminatoria, lleva a desconcierto entre feligreses que no están acostumbrados a que se hable de la radicalidad del Evangelio: el amor sin medida de Dios para todo y todos y todas.
En el programa, estos dos obispos observaron que se hará necesaria una vigorosa campaña de divulgación en las Iglesias, para que se erradiquen de manera definitiva brotes de discriminación, puesto que muchos pastores lanzan proclamas incendiarias, sin tener en cuenta que el lenguaje de Cristo Jesús siempre fue inclusivo e invitacional a la paz que sólo Él da.
El obispo Duque, planteó por vía de ejemplo, que nadie alcanza a imaginar el gran alivio que se percibe en un feligrés, cuando este puede hablar de su homosexualidad sin problemas. "Es la enseñanza de Jesús. No rechazó a nadie, no se ensañó contra nadie, se solidarizó con el excluído, con el perseguido, con el oprimido, con el triste; y le alentaba con respeto a cambiar," dice.
Por su parte el obispo Martínez aseveró que el mundo cristiano debe desde Jesús "acoger al vulnerado para que se conozca del amor del Dios encarnado. Jesús revela el amor del Padre Celestial que tiene su momento culminante y sublime en el camino al calvario y la muerte en la cruz para emerger de allí como el Dios de la vida que la ofrece a todas y todos."
Coinciden estos obispos que la Ley, abre la gran posibilidad a las Iglesias para que comiencen de manera sistemática a hablar el lenguaje del amor frente al de la recriminación y la censura. Lenguaje que hace propio el mensaje de Jesús: todos hemos sido hechos hijos de Dios por el Unigénito siendo sus enemigos y que es Él quien transforma.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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