4 julio 2011
CIUDAD DE MÉXICO – Luego de un sonado éxito en el altar de Los Reyes de la Catedral Metropolitana de esta capital, El divino Narciso, obra literaria escrita por Sor Juana Inés de la Cruz dentro del llamado Siglo de Oro de la Literatura hispanoamericana, lleva desde el pasado jueves un mensaje de fe y esperanza a las nuevas generaciones de mexicanos, cuando los personajes escritos por la monja escritora subieron al altar principal donde reposan los restos del conquistador Hernán Cortés.
Francisco Hernández, director general de la Compañía Nacional de Teatro Clásico "Fénix Novohispano," colectivo encargado de la puesta, dijo que la versión a la par que muestra el propósito evangelizador de la Conquista, lo hace desde una perspectiva renovada que, a pesar de que la pieza fuera escrita hace 300 años, trae un mensaje actual de fe y esperanza para las nuevas generaciones, cuando se sabe que en México la secularidad de la vida moderna y la pérdida de valores ganan terreno.
También se informó que el costo de la entrada a las funciones es totalmente voluntario.
El eje central del original, que es la vida y la muerte de Jesucristo, según el propio Hernández mantiene su atractivo principal, cuando el cristianismo es una de las religiones de más creyentes a nivel mundial, caracterizado, además, por su sentido humanista "y aunque se han olvidado muchos de sus valores fundamentales, no ha perdido lo más importante: la fe," resaltó Juan Manuel Martínez, actor, investigador teatral, escenógrafo y director de la actual versión de El Divino Narciso.
La obra continuará presentándose los martes 5 y 12 de julio en la parroquia de Regina Coeli y los jueves 14, 21 y 28 en el ex convento de ese propio recinto eclesial.
El divino Narciso es el más conocido, original y perfecto de los autos sacramentales de Sor Juana Inés de la Cruz, el cual fue publicado en 1689.
En la época en la que fue compuesto el drama, el auto sacramental estaba muy mal valorado en el ambiente literario de Hispanoamérica. De acuerdo a la gran mayoría de la crítica, Sor Juana es quien perfecciona el género y crea sus mejores exponentes.
En la pieza, la escritora usa un conjunto lírico-dramático para dar vida a los personajes creados. El divino Narciso, personificación de Jesucristo, vive enamorado de su imagen y, a partir de ese planteamiento, se narra toda la historia. Alude al tema de la Conquista de América y a las tradiciones de los pueblos nativos del continente, aunque este tema no era popular en la literatura de su tiempo.
A partir de un rito azteca, representado por un tocotín en honor al dios Huitzilopochtli, introduce la veneración a la Eucaristía y liga las creencias precolombinas con el catolicismo hispánico. Se dice que es una de las obras pioneras en representar la conversión colectiva al cristianismo, contrariamente a la visión europea de la época en que se representaba solo la conversión individual.
El divino Narciso integra personajes mitológicos, alegóricos y, en menor medida, bíblicos.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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