2 febrero 2011
BUENOS AIRES, Argentina – El Grupo Estratégico en VIH y SIDA de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial hizo pública una declaración en respuesta al asesinato de David Kato, un muy reconocido activista social en Uganda.
Su muerte ha sido informada por ALC. Según información periodística, Kato, maestro de primaria de 41 años, había participado activamente en la lucha contra la legislación antigay que un buen grupo de parlamentarios pretendía aprobar en 2009 y que posibilitaba la condena a muerte de los homosexuales. En la actualidad, los homosexuales de Uganda se enfrentan a 14 años de prisión.
Como personas de fe, reconociendo y promoviendo la defensa de la dignidad dada por Dios y el valor de toda vida humana, estamos consternados por la muerte violenta del líder ugandés y activista social David Kato, empieza la nota. "Como comunidades religiosas y organizaciones que trabajan para fortalecer la respuesta mundial al VIH y hacer frente al estigma y la discriminación que socavan esa respuesta, lamentamos la pérdida de un valiente activista en la defensa de la dignidad y los derechos humanos que son esenciales para vencer a la pandemia del VIH," continua.
Resaltan que es fundamental para todas las religiones el respeto por la vida humana y la dignidad. "Detestamos y denunciamos todo tipo de violencia como la que tomó la vida de David y sobre todo, si tal es la violencia motivada por las actitudes discriminatorias hacia las personas sobre la base de su orientación sexual o la marginación en la sociedad," afirman.
Hacen un llamado para que se realice una investigación completa y exhaustiva sobre las circunstancias de la muerte de David, y que los responsables sean llevados ante la justicia. Instan a todas las autoridades gubernamentales, civiles y religiosos en Uganda y en todo el mundo, para que se expresen en contra del odio, el estigma y la discriminación, "y en su lugar, con palabras y hechos, reconozcan y promuevan el valor fundamental y la dignidad de cada persona."
También extienden el llamamiento a las y los líderes religiosos para que hablen, actúen y exhorten y urjan a sus fieles para alcanzar compasión hacia quienes son marginados por cualquier razón y para resistir todos los intentos de promover la intolerancia y el odio.
Oramos, finalizan diciendo, para que la muerte de David "estimule una reacción mundial rápida y sin complicidades en contra del odio y la violencia y ayudar a crear un mundo de paz con justicia que es seguro para que todos y todas le podamos llamar hogar."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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