14 diciembre 2010

MÉXICO – El cardenal Juan Sandoval, al oficiar una misa ayer, pidió a los criminales respetar las festividades religiosas, al irrumpir un comando de sicarios en la plaza principal de la ciudad de Tecalitlán, donde se celebraba la conmemoración por la Virgen de Guadalupe, que balaceó a la multitud dejando un funesto resultado de 11 muertos y 30 heridos.

"Ya es suficiente pecado matar, como para añadir un agravante más al crimen," afirmó el prelado refiriéndose a la manera pacífica en que los feligreses de la localidad fueron atacados por los delincuentes.

"Lamentamos mucho lo que pasó, estos señores no se midieron en una reunión de gente que estaba rezando en un acto religioso, ahí se agarran a balazos, pues que respeten las cosas sagradas," dijo y agregó que "no se echen la sal, que no se salen, de por sí andan cometiendo graves crímenes y si, todavía, perturban las cosas de Dios, las cosas religiosas, se echan la sal."

También el arzobispo de Guadalajara recomendó a sus fieles que no salgan a deshoras y mantengan bien privado su teléfono de casa, a fin de evitar convertirse en nuevas víctimas. Agregó que, ante la ola de violencia que se observa en el Estado, no ha tenido comunicación con el gobernador a fin de hacer petición de medidas y prevenir hechos como el del pasado viernes, a fin de que hechos vandálicos como este no se repitan.

Nuestra Señora de Guadalupe es una advocación mariana de la religión católica, cuya imagen se venera en la Basílica de Guadalupe, al norte de la Ciudad de México. De acuerdo a las creencias católicas, la Virgen se le apareció cuatro veces a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en el cerro del Tepeyac. Tras una cuarta aparición, la santa ordenó al hombre que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga, llevándole unas rosas que cortó por mandato divino. Al desplegarlas ante el obispo, dejó al descubierto la imagen de una María morena y con rasgos indígenas.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
Fuente: Diario El Occidental