9 agosto 2010
SAN SALVADOR – Monseñor Rafael Urrutia, vicario pastoral de la arquidiócesis católica de San Salvador, pidió al presidente Mauricio Funes que se revise, de manera exhaustiva, el nuevo proyecto de reforma fiscal, a fin de que los sectores más pobres del país no sean los más afectados ante esta medida.
El Ministerio de Hacienda del país tiene una propuesta que incluirá el pago de impuestos por los llamados "comerciantes informales," los cuales, como se sabe, son en su mayoría padres y madres de familias marginadas que tratan de solventar la crisis económica con ventas no contabilizadas por los registros del Estado.
Monseñor Urrutia pidió al presidente que la nueva medida no constituya una carga más para las familias pobres, que tienen que hacer malabares diariamente en las calles para darle de comer a sus hijos.
Según el vicario pastoral, la Iglesia católica está consciente de que en todas partes del mundo la cuestión tributaria resulta obligatoria, en tanto el ordenamiento de la sociedad, de manera que no se opone al acto, sino solo pide que los impuestos sean establecidos con justicia y equidad, de modo que quienes más tengan sean los que más paguen.
La Iglesia está abierta a todo tipo de disposiciones que contribuyan al mejoramiento del país, afirmó el prelado, pero no se puede descuidar la visión del ciudadano común que lleva sobre su cabeza el mayor peso de la crisis.
Dijo que habrá, necesariamente, que hacer un estudio técnico para ver si, realmente, es factible la aplicación de la propuesta fiscal, teniendo como mira la economía hogareña de aquellos sectores populares de más bajos ingresos.
La propuesta del Ministerio de Hacienda a la presidencia es que los comerciantes informales paguen también impuestos y, además, se elimine por completo la devolución de la renta que los salarios reciben por retención del dinero anualmente.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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