6 agosto 2010 por Julio A. Carles
CIUDAD DE PANAMÁ – La búsqueda de la paz, la tranquilidad y la convivencia pacífica es una tarea tanto del Gobierno como de la sociedad civil, por lo que delegar esa responsabilidad solo en las autoridades coloca al país en riesgo de convertirse en un "Estado cárcel."
Así lo advirtió el presidente de la Conferencia Episcopal de Panamá, José Luis Lacunza, tras hacer pública la carta pastoral número 19 de la Curia Metropolitana, que precisamente aborda el tema de la violencia que se vive en el país e insta a "gobernantes y gobernados" a buscar soluciones juntos.
"El Estado debe propiciar muchas cosas para frenar la violencia, como la equidad, el respeto a los derechos humanos y fuentes de empleo dignas, pero debe tener como contraparte el aporte de la sociedad. Debemos frenar la apatía ciudadana y todos amarrarnos los pantalones. El Estado no puede resolver esto por sí solo," dijo.
El obispo aclaró que esta carta pastoral no obedece a los hechos ocurridos en la provincia fronteriza de Bocas del Toro, a comienzos del pasado mes de julio, donde hubo varios muertos tras enfrentamientos de obreros con la Policía, cuando los primeros exigían la derogación de la ley 30 que afecta el sector laboral; sin embargo, reconoció que lo sucedido en aquella región del país es una evidencia más de esa violencia desatada en el país.
Detalló que la carta de los obispos católicos tiene su origen en el ambiente de violencia que hay en América Latina y el Caribe, incluida Panamá, que ha llevado al deterioro de la convivencia pacífica. "Más de la mitad de los panameños se sienten inseguros," advirtió.
Lo peor, dijo, es que la sociedad se ha acostumbrado a la violencia y hoy día casi ha dejado de ser noticia. "Tenemos que ver a un Wild Bill para impactarnos," dijo, refiriéndose a un asesino serial norteamericano que conmovió al país, tras asesinar a más de seis personas, entre extranjeros y nacionales, en la Isla turística Colón, provincia de Bocas del Toro.
Por su lado, la directora de la Comisión de Justicia y Paz de la Iglesia católica, Maribel Jaén, indicó que en la carta pastoral se enumeran factores que coadyuvan con el clima de violencia, entre estos la "desigualdad y la exclusión social, la asimilación de patrones culturales violentos, el alto consumo de alcohol y otras drogas, el tráfico de armas, el crimen organizado y una democracia frágil."
Sobre esto último añadió que la crisis de la institucionalidad -entendida esta como el "juega vivo" de los panameños que no respetan ni valoran las leyes-, así como el debilitamiento de las relaciones entre los diferentes estratos de la sociedad, y la crisis de moralidad y ética latente en el país, son riesgos que abonan el terreno para que haya más violencia.
Frente a un panorama como el descrito, la Conferencia Episcopal llama a renovar el compromiso de la gente con el país.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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