30 julio 2010
CIUDAD DE MÉXICO – La Comisión Nacional de Derechos Humanos de este país ha dado datos de que unos 10 mil inmigrantes, sobre todo centroamericanos, fueron secuestrados en el 2009, a fin de pedir rescate a sus familias, como una manera de extorsión que se ha puesto de moda dentro del llamado crimen organizado.
Un artículo de la agencia AFP, plantea que "Los vejámenes a miles de centroamericanos que cruzan México rumbo a Estados Unidos, sumados al secuestro, constituyen una ‘crisis humanitaria' que amerita la protesta común de los países de la región," según opinión de dos periodistas que, durante meses, documentaron tal asunto.
Ellos son el periodista salvadoreño Oscar Martínez y el fotorreportero español Edu Ponces. El primero expone que el abuso contra la migración centroamericana es el último problema en resolverse "y yo creo que el que más víctimas está dejando" de la lista de los cinco grandes problemas generados por los carteles del narcotráfico. El segundo, hace la denuncia de cómo el crimen organizado encuentra en el flujo migratorio un gran negocio lucrativo, a partir de su libro de documentación fotográfica En el camino, al que dedicó 15 meses de trabajo.
También varias ONGs han constatado, a través de investigaciones realizadas entre la población migratoria, los crímenes a que son sometidos quienes traspasan las fronteras mexicanas con el propósito de llegar, luego, a los Estados Unidos como destino ideal. Afirman que una red de secuestros se verifica alrededor de las vías férreas en tanto muchos de los inmigrantes usan los trenes de carga para cruzar a territorio estadounidense.
Según el reporte, ambos periodistas plantean que el cúmulo de información resulta suficiente como para que los gobiernos centroamericanos impusieran, de inmediato, una enérgica protesta y la petición de mayor control sobre el tema de las violaciones de los derechos humanos en las fronteras.
De manera que cualquier centroamericano que pretende llegar a los Estados Unidos tiene que correr doble riesgo; primero, al enfrentarse al crimen organizado al pretender entrar a México y, luego, cuando tratan de pasar a suelo norteamericano, lo cual les convierte en presa fácil de la delincuencia.
El periodista Martínez señala que, en tal sentido, existen tres posibilidades de erradicar este problema: un llamamiento urgente de presidentes de la región a que se detenga el crimen contra sus ciudadanos en la frontera mexicana; que esta denuncia de "crisis humanitaria" se sitúe a nivel internacional haciéndose patente desde el escenario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y que se realice una recopilación de información sobre los secuestrados repatriados que sirva a las investigaciones que puedan hacerse en México sobre tan doloroso asunto.
Según ha señalado la Casa del Migrante, de la diócesis de Saltillo en esa región fronteriza, en su Sexto informe sobre la situación de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito por México, la situación se debe a la incapacidad de la política migratoria de ese país, lo cual hace que ese fenómeno criminal predomine en los lugares de mayor concentración de personas y poca vigilancia de las autoridades.
Se afirma que el pasado año diversas organizaciones civiles, de la Iglesia y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos denunciaron el fenómeno de los secuestros calificándolos de "tragedia humanitaria," sin embargo el Instituto Nacional de Migración continúa sin un diseño efectivo de una política migratoria integral que frene tal fenómeno.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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