26 julio 2010
SANTO DOMINGO – Más de 27 mil ciudadanos fueron evacuados en el país, como resultado de las intensas lluvias, registradas en los últimos días, debido al fenómeno conocido como La Niña, el cual afecta, también, a toda Centroamérica.
Unas 5 mil 459 viviendas resultaron destruidas o invadidas por las aguas de la tormenta Bonnie en diversas comunidades de la nación caribeña, trayendo mayor índice de pobreza, sobre todo en el distrito nacional y las provincias de Santo Domingo, María Trinidad Sánchez, Monte Plata y Duarte, donde fue decretada la llamada Alerta Roja el pasado fin de semana.
Rafael Alburquerque, vice-presidente de la República, dijo a los medios que el Plan Social de la Presidencia distribuye raciones alimenticias y colchones en las zonas más desfavorecidas, desde el pasado jueves. Mientras se reportaba que unas 27 mil 264 personas fueron desplazadas a casas de familia o amigos, a la par que otras fueron llevadas a refugios estatales habilitados al efecto del fenómeno meteorológico.
Alburquerque se reunió con diversos funcionarios con el propósito de tomar las medidas necesarias que eviten grandes daños a la economía nacional y también a la población. Mientras, el Ayuntamiento del Distrito Nacional dijo estar trabajando en un drenaje pluvial moderno que permita en un futuro que las inundaciones, a consecuencia de las lluvias, no sean tan drásticas al mejorarse el sistema de los alcantarillados de esta capital.
También en Centroamérica La Niña comienza a manifestar sus "travesuras" climáticas. En tal sentido, expertos salvadoreños han expresado que este es un trimestre de intensas lluvias para América Central, de manera que el referido fenómeno meteorológico debe intensificar las precipitaciones, sobre todo en agosto.
Patricia Ramírez, coordinadora del Foro Regional del Clima de América Central que acaba de concluir aquí, dijo que un Pacífico Frío y un Atlántico caliente, refiriéndose a los océanos que bordean al país, harán que se establezcan condiciones propicias para grandes precipitaciones. La líder, quien representa también al Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Istmo centroamericano, expresó que gran parte de esta región, "desgraciadamente, tiene muy buena probabilidad de tener lluvias por encima de lo normal," como resultado de las características contrarias de los dos mares. Según ella, esa diferencia de temperaturas, aún cuando La Niña no haya terminado de formarse en toda su estructura como fenómeno del tiempo, tiene una incidencia directa en el nivel de las precipitaciones. Refiriéndose a la región, argumentó que existe una franja de posible afectación que va desde un extremo de Belice, parte de Guatemala, casi todo El Salvador, la parte occidente y sur de Honduras, además de la parte del Pacífico y centro y Atlántico de Nicaragua, y el valle central de Costa Rica, así como la costa pacífica de Panamá.
Por su parte la directora del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) de El Salvador, Ana Deysi López, explicó que la presencia del fenómeno se hará sentir, con más fuerza, durante el mes de agosto.
Las iglesias de la región, a través de ACT-Alianza, comienzan ya a trazar estrategias para prevenir severas afectaciones, sobre todo en las zonas más pobres de estas naciones, así como establecer planes de emergencia ante las consecuencias que puedan devenir del mal tiempo climático, flagelo que se suma a los altos índices de pobreza impuestos ya por la crisis mundial y las políticas sociales no siempre efectivas de estos países.
Se le llama al fenómeno atmosférico de esa manera, por ser contrarias las condiciones que presenta a las de El Niño. Su presencia data de 1903, repitiéndose de manera cíclica, siendo el más intenso el de 1988 y 1989. Se desarrolla cuando la fase positiva de la Oscilación del Sur, alcanza niveles significativos y se prolonga por varios meses.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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