15 junio 2010 por Trinidad Vásquez
MANAGUA, Nicaragua – El párroco Neguib Kalil Eslaquit Aragón desató una tormenta de comentarios en círculos políticos, y hasta dentro de sus mismos feligreses, al prestar al mandatario Daniel Ortega y la primera dama de la República Rosario Murillo, el Centro de Retiro Bethania, para el relanzamiento del famoso Programa de abono productivo alimentario en el nuevo ciclo agrícola.
Ubicado en el municipio de Dolores, departamento de Carazo, a 43 kilómetros al sur de esta capital, sirvió de escenario a tal propósito del actual Gobierno, mientras muchos se cuestionaban tal decisión y Ortega calificaba el gesto de "alegría y bendición de estar, por primera vez aquí, en tierras de Bethania."
Por su parte, algunos de sus fieles, le preguntaron al cura cuánto dinero le habían dado en tanto se trata de uno de los líderes religiosos más críticos a la actual administración y muy apreciado, por sus firmes posiciones, entre su feligresía y los círculos políticos y sociales, de manera que ha tenido que aclarar, a través de diversos medios escritos, radiales y televisivos, que no recibió presiones ni "cañonazos," dinero ni prebendas y, mucho menos, que le tengan algún video tomado. Simplemente que se trata de un gesto con el mandatario por la decisión de romper relaciones con el Estado israelita ante el pasado suceso de la flotilla.
Eslaquit Aragón viene de una familia con ascendencia palestina. En la edición del pasado domingo de El Diario La Prensa, expresó que no se puede dar una reelección (refiriéndose a Ortega), porque no lo contempla la Constitución del país, a menos que la reformen los diputados. También con relación a la polémica referida a la elección de 25 funcionarios, entre magistrados y controladores, asegura que quiere ver rostros nuevos e, incluso, es preferible que se elija a otro magistrado que sustituya a Roberto Rivas, en su actual cargo de presidente del Consejo Supremo Electoral, señalado de tener una residencia millonaria en San José de Costa Rica.
Asegura, además, que no volverá a andar haciendo campaña política a favor de nadie ni dejarse utilizar por nadie.
En torno a la sospechosa visita de Ortega al Centro Bethania que desató la ola de críticas, afirmó que a esa institución han llegado ex presidentes, diputados, candidatos y personalidades relevantes, y hasta de nivel internacional.
Confesó el sacerdote que "todos tenemos heridas internas en nuestras vidas" y, al llegar a sus 48 años, "pensé que no debo sentir ningún resentimiento, absolutamente, con nadie." Y agregó el padre Eslaquit que no pertenece a ningún partido político y mucho menos a ninguna ideología política. "Al decirle al presidente Ortega que estoy con las puertas abiertas, significa que abro las puertas a todas las personas y si el señor presidente no había llegado era porque nunca lo había pedido."
Aclaró, también, que no siente ningún temor por haber manifestado, el pasado año, que el presidente Ortega y el ex Arnoldo Alemán, eran caudillos trasnochados. "Y esto de recibirlo (a Ortega) en Bethania es, sobre todo, por mi madurez humana," cuando, según él, no le corresponde a ningún sacerdote, como lo define la Iglesia en su doctrina, ser adepto a partido político alguno.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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