16 abril 2010
CHILE – "Como laicas y laicos cristianos, educados y formados en la doctrina de nuestra Iglesia Católica que es experta en humanidad, queremos entregarle algunas reflexiones que tienen que ver con lo que ocurre en nuestra sociedad chilena," expone una carta entregada al excelentísimo cardenal Tarcisio Bertone, secretario del Estado Vaticano, en su visita a ese país.
La misiva alude a "los diversos acontecimientos sociales y políticos dolorosos, contradictorios" que han ocurrido en Chile, en las últimas décadas, y en los cuales la Iglesia ha tenido una activa participación.
"Caso concreto fue la heroica lucha de la Vicaría de la Solidaridad, fundada por el venerable Cardenal Raúl Silva Henríquez, por el respeto irrestricto de los derechos humanos. También en nuestro país, el conjunto de la Iglesia y todo el pueblo de Dios ha tenido una activa participación en todas las conferencias episcopales celebradas en América Latina, desde su inicio en los años ‘50, con el valioso concurso del recordado obispo, don Manuel Larraín."
Así mismo el documento hace referencia a las palabras de Bertone, en la última conferencia de Nuestra Señora de Aparecida, cuando habló de la preocupación de la Iglesia por la situación de los países latinoamericanos donde se sufre "una violencia que asusta" originada en sus "desigualdades sociales," destacando que "hablamos de una violencia que afecta, sobre todo, a las grandes ciudades; violencia del narcotráfico, siempre más agresivo y potente; violencia de las inmensas desigualdades sociales que, todavía, no se superan." Señalando, además, los problemas del desempleo, las migraciones, el deterioro de la educación y del déficit de la democracia representativa.
Citan, también, las expresiones de los obispos en las conclusiones de esa misma Conferencia al comprometerse a trabajar para que la Iglesia latinoamericana y caribeña "siga siendo, con mayor ahínco, compañera de camino de nuestros hermanos más pobres, incluso hasta el martirio."
En tal sentido, las y los laicos católicos plantean su preocupación por el sistema económico neoliberal impuesto en el mundo. "Estamos conscientes de que la Santa Sede, en diferentes oportunidades, se ha manifestado contraria a los escándalos y abusos que este sistema financiero acarrea a millones de seres humanos. En este aspecto nos parece que ha sido débil la condena a lo que, verdaderamente, significa para los pobres y desempleados las brutales consecuencias de la crisis global financiera y lo que ocurre, cuando la especulación financiera se refugia, indemne, en los paraísos fiscales, causando aún más daño a las resentidas economías mundiales. Y, Jesús de Nazaret nos desafía a una conducta radicalmente opuesta ... "
Manifiestan, además, su preocupación y angustia por la carrera armamentista "que se observa en el continente" y se refieren a Chile como el país que más gasta, per cápita, en armamentos en toda la región. "Esta situación es intolerable a la luz de la doctrina católica. Nos parece que nuestra Iglesia no hace escuchar su voz como corresponde ante esta verdadera cultura de la muerte que se nos impone por la vía del armamentismo."
De igual modo se refieren a que Chile, en el año del Bicentenario e iniciando una nueva fase en su alta dirección política, requiere del serio compromiso de los cristianos que optan por la justicia social y la solidaridad con los que mas sufren. "Por lo tanto, sería un grave retroceso y motivo de escándalo que llegue al sillón arzobispal un obispo más fiel a un proyecto teológico y eclesial distante de la realidad o alejado de los signos de los tiempos sin ver, adecuadamente, lo que quiere y necesita toda sociedad sana: fidelidad total a Jesús del Pesebre, a los más pobres y a los sufrientes, sin distingos de ninguna especie para la consecución del Reino de Dios.
La carta, firmada por misioneros, teólogos, diplomáticos, abogados y sociólogos, entre otro grupo de intelectuales, concluye: "Como cristianas ycristianos fieles al Evangelio, junto a toda persona de buena voluntad, queremos un obispo que venga como hermano, servidor y amigo de todos para evitar lo que se ha repetido en la tradición eclesiástica: la imposición de obispos no deseados puede llevar a -y citan a s. León Magno: "que los hombres se vuelvan menos religiosos de lo que conviene."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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