9 abril 2010
VIERNES, Suiza – Líderes de la iglesia Reformada rinden homenaje a Wilma Mankiller, lideresa de la comunidad indígena del norte de América, quien falleció el martes a los 64 años tras una breve enfermedad. Mankiller, miembro de la Nación Cherokee en los Estados Unidos, estaba programada para ser la oradora principal este mes de junio en la Asamblea Mundial de la Alianza Reformada Mundial (ARM por sus siglas en español) y el Consejo Ecuménico Reformado (CER) en Grand Rapids, Estados Unidos.
Antes de ser diagnosticada con cáncer de páncreas, Mankiller había accedido a hacer una presentación inaugural en el Consejo General que pondrá en marcha la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, fusión de la ARM y CER.
"La dedicación de la Jefa Mankiller a los derechos de los pueblos indígenas ha traído un desafío importante para todas nuestras iglesias a actuar con justicia en nombre de los pueblos originarios de nuestros países," dice el organizador del evento, Stephan Kendall, en un comunicado emitido desde su oficina en la Iglesia Presbiteriana en Canadá.
Cuestiones que afectan a los pueblos indígenas americanos y canadienses son una característica importante de la agenda del encuentro en junio. Dentro de los aspectos principales del programa se incluye la inauguración ceremonial de los líderes tribales locales con los delegados se reúnen en sus tierras.
"Esperábamos con interés la inspiración de la Jefa Mankiller en el Consejo General y echaremos de menos profundamente su presencia con nosotros," dice el Presidente de la Alianza Reformada, Clifton Kirkpatrick. "Sin embargo, su legado vivirá, y nos comprometemos a trabajar para un mundo donde todos puedan vivir con paz y justicia, algo que ella creyó con tanta convicción. "
Como trabajadora por el desarrollo de la comunidad de su gente en el occidental estado estadounidense de Oklahoma, Mankiller inició programas exitosos para la salud, la vivienda, la educación y la erradicación de la pobreza. En 1987, se convirtió en la primera mujer elegida como Jefa Principal de la Nación Cherokee en el estado de Oklahoma. En 1994, Mankiller fue incluida en el Salón Nacional de la Mujer en los Estados Unidos y en 1995 se la distinguió con la Medalla Presidencial de la Libertad por el entonces presidente Clinton. Es el más alto honor otorgado a un ciudadano o ciudadana estadounidense.
"La Jefa Mankiller será llorada por todas las personas indígenas y, ciertamente, las mujeres indígenas para quien fue un modelo a seguir. Ella ejemplifica la fuerza, la sabiduría y la atención al bienestar de su comunidad algo por lo que las mujeres indígenas han sido reconocidos históricamente por sus pueblos ," dice Lori Ransom, un defensor de la iglesia de los derechos indígenas, de la Iglesia Presbiteriana en Canadá.
Levi Ricketts, un líder en la comunidad indígena de Grand Rapids, dice en una declaración: "Ciertamente, el pueblo indio de América ha perdido a una verdadera guerrera. Pero voy a decir que la nación de los Estados Unidos de América y el mundo han perdido a una verdadera líder que comprendió el significado de la dedicación y el sacrificio de su pueblo y el mundo en general."
"Nosotros en la ARM hemos visto el impacto de Wilma Mankiller para la vida y la justicia de su propia comunidad y más allá," dice el Secretario General de la ARM, Setri Nyomi. "Damos gracias a Dios por su vida y su impacto, y rezamos por su familia y por la nación Cherokee."
Mankiller deja dos hijas, Felicia y Gina, y su marido, así como cuatro nietos y varios bisnietos.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación Fuente: Comunicación WARC Traducción: Claudia Florentin
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