3 marzo 2010
GINEBRA, Suiza – El metropolitano Bishoy de Damietta, de la Iglesia Ortodoxa Copta, y otros miembros del comité ejecutivo del CMI expresan palabras de bendición durante la investidura del secretario general Olav Fykse Tveit. "Para ser una, la iglesia tiene que volver a su base común. Nada excepto Jesucristo, y éste crucificado ," ha afirmado el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Olav Fykse Tveit. La cruz no es apenas un signo de identidad religiosa, añadió, sino una "prueba de realidad" tanto para las iglesias como para el movimiento ecuménico.
Tveit predicó en un servicio celebrado en el Centro Ecuménico de Ginebra el 23 de febrero. Durante el mismo, el Comité Ejecutivo del CMI invistió oficialmente a Tveit como secretario general del Consejo. Pastor y teólogo noruego, Tveit, de 49 años, fue elegido como séptimo secretario general del CMI en agosto de 2009 y comenzó su mandato el 1 de enero de 2010.
"Considerada en la perspectiva de la resurrección," dijo Tveit, "la cruz es el signo de la victoria de Dios sobre el pecado y el mal," así como "del amor incondicional de Dios a todos los seres humanos." También es la raíz de toda posible unidad cristiana: "Somos uno en tanto cristianos porque recibimos el mismo don," a saber, que a través de la cruz Dios "es con nosotros y para nosotros."
"No parece ser un lenguaje muy diplomático," reconoció Tveit en su sermón, refiriéndose a la afirmación de que la cruz es "el símbolo de lo que las iglesias tienen para dar al mundo [ ... ] nada excepto Jesucristo, y éste crucificado." Insistió, sin embargo, en que esta afirmación ofrece "sustancia y dirección al movimiento ecuménico."
"¿Cómo podemos conformar, entonces, de la mejor manera posible, el movimiento ecuménico de la cruz en nuestro tiempo?" se preguntó Tveit. "¿Y cómo puede el movimiento ecuménico ser un movimiento de la cruz – el árbol de la vida?"
Siguiendo a los maestros de la iglesia primitiva, Tveit sugirió que "cuando Cristo abre sus brazos en la cruz, está abrazando a todos." El carácter único de la cruz "es precisamente que es inclusiva," afirmó.
Para Tveit, el llamamiento del movimiento ecuménico está por encima de los éxitos y fracasos. "Sea que seamos escuchados o no, nuestra vocación es cargar la cruz unos con otros." Esto puede entrañar caminar junto a los pobres y oprimidos, cargar el peso del disgusto cuando no se llega a un acuerdo, superar el desaliento cuando no se resuelven los problemas.
A pesar de todo, dijo Tveit, el llamamiento a "cargar la cruz en nuestra búsqueda de la unidad" sigue vigente. "Y lo haremos juntos, nunca solos."
El servicio de investidura del nuevo secretario general del CMI estuvo presidido por el moderador del Comité Central del CMI, Rev. Dr. Walter Altmann. Participaron en él gran número de representantes de iglesias, organizaciones ecuménicas e internacionales, y miembros de las delegaciones diplomáticas con sede en Ginebra.
Después del servicio, presentaron sus felicitaciones el Sr. Jens Petter Johnsen, director del Consejo Nacional de la Iglesia de Noruega; el Rev. Thomas Wipf, presidente del Consejo de la Federación de Iglesias Protestantes Suizas; el Sr. Alain Stehlé, presidente de la Asociación de Iglesias y Comunidades Cristianas de Ginebra; el Rev. Dr. Setri Nyomi, secretario general de la Alianza Reformada Mundial en nombre de las organizaciones ecuménicas que funcionan en el Centro Ecuménico; el Arzobispo Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas; y la Sra. Bente Angell-Hansen, embajadora de Noruega ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
El Comité Ejecutivo del CMI se reunió en Bossey, cerca de Ginebra, del 23 al 26 de febrero.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
|