1 marzo 2010
HANNOVER, Alemania – La obispa Margot Kaesemann, de la Iglesia Evangélica Territorial de Hanover, presentó su dimisión a la presidencia de la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD), una especie de federación de iglesias territoriales, después de ser encontrada conduciendo alcoholizada, según los padrones alemanes.
Una patrulla de la policía la atrapó, el sábado 20 de febrero, Cuando Margot pasó con luz roja para el tráfico con su coche en una calle de Hanover, donde vive. Según el tabloide Bild, la prueba de alcoholemia reveló una tasa de 1,3 miligramos de alcohol en la sangre, lo que equivale, en su caso, a beber 0,7 litros de vino o 1,5 litros de cerveza.
Kaesemann aseguró que sólo bebió un vaso de vino. Ella entregó su licencia de conducir y la policía la llevó a una comisaría, donde se realizaron pruebas de sangre. El resultado del examen no fue revelado. Las leyes de tráfico en Alemania son muy estrictas y permiten una concentración máxima de 0,5 miligramos de alcohol en la sangre.
La renuncia de la obispa, tuvo impacto en diferentes sectores de la sociedad alemana. La canciller Angela Merkel lamentó la partida de la religiosa, a quien admiraba, dijo a la Oficina de Prensa Evangélica (DPO).
"Espero que continue manifestándose," respondió el presidente del Partido Social Demócrata (SPD), Sigmar Gabriel. El EDK pierde una obispa que se ganó el respeto más allá de las filas interiores, dijo la lideresa reformada Maria Flachsbarth.
El jefe adjunto del Sínodo de la EKD, Günther Beckstein, dijo para el Servicio de Prensa Evangélica que, por su parte, la obispa de Hannover, podría continuar como presidenta de la Iglesia.
El obispo Johannes Friedrich de la Iglesia Evangélica de Baviera, consideró que la dimisión de Kaesemann es una pérdida inestimable para el protestantismo alemán. "Estoy muy triste por todo este episodio," dijo la obispa Maria Jepsen de Hamburgo.
Hará falta en Hannover la voz de la colega, afirmó la obispa Ilse Junkermann, Magdeburg. Margot llegó a mucha gente porque se dirigía a ellos "honesta, abierta, pero también cautelosamente sobre las posibilidades y las fallas que presenta la vida," agregó.
También desde la Iglesia católica surgieron manifestaciones de lamento por la renuncia de la obispa Margot. "Conozco a la señora Kaesemann desde hace largo tiempo y se que es una persona que está dispuesta a asumir la responsabilidad," dijo el arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch.
Margot Kaesemann también se retirará de la dirección de la Iglesia de Hanover. El presidente de la EKD se estará en manos, hasta la próxima elección, del Vicepresidente, Nikolaus Schneider.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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