2 febrero 2010 por Micael Vier B.
PORTO ALEGRE, Brasil – Los pueblos indígenas y afrodescendientes están promoviendo un radical cambio civilizatorio en el continente latinoamericano al concebir la naturaleza en cuanto sujeto de derecho y al promover un desarrollo democráticamente sustentable, afirmó el sociólogo Boaventura de Sousa Santos durante el panel realizado el miércoles 27 de enero, en el 4º Seminario de Políticas Sociales.
Promovido por la Facultad EST, entre otras entidades y organizaciones de la sociedad civil, el evento fue realizado en el marco de las celebraciones por los 10 años de historia del Foro Social Mundial (FSM) que, en 2010, ocurre de forma descentralizada en la región metropolitana de Puerto Alegre.
Delante de la platea que ocupó el principal anfiteatro de la Universidad del Valle del Río de los Sinos (Unisinos), Boaventura señalizó que durante mucho tiempo América Latina no consiguió establecer vínculos consistentes entre la democracia y el bienestar de las clases populares.
La última década, no obstante, analizó el sociólogo portugués, fue auspiciosa al continente, que dejó de ser una quinta de los Estados Unidos para consolidar su democracia y actuar en la vanguardia de las luchas anti-imperialistas. Reconociendo la dificultad en prever el futuro, Boaventura dice que en la próxima década América Latina deberá enfrentar las contradicciones del capitalismo, hecho este que torna la realización del FSM en un evento aún más importante.
Compartiendo la mesa de debates con Boaventura, la senadora Marina Silva argumentó que, delante de la situación de crisis civilizatoria, es preciso movilizar esfuerzos para una visión anticipatoria de Brasil y el mundo.
Pautada por su experiencia vivencial junto a los pueblos amazónicos y su actuación como Ministra de Medio Ambiente en el gobierno de Lula entre 2003 y 2008, Marina Silva dice que la construcción de otro mundo posible requiere un "ejercicio de alteridad." "Precisamos aprender a convivir con el diferente y a interpretar el lugar que el otro ocupa," analizó.
Al señalar el hecho de que en 500 años la población indígena brasileña fue reducida de 5 millones a 700 mil, Marina Silva indicó que los pueblos originarios representan una amenaza a la mantención de un régimen vigente por presentar visiones del mundo distintas e interpretar, a su modo, la realidad circundante.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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