8 enero 2010
GUATEMALA – La realidad de los flujos migratorios de centroamericanos y centroamericanas que cruzan la frontera sur de México (1.149 kilómetros de frontera con Guatemala y Belice) en su intento por llegar a "El Dorado" norteamericano se hace cada vez más preocupante.
Los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos trabajan, como otras comunidades religiosas, atendiendo a migrantes. Empezaron en 1985 el ministerio de la acogida y de la hospitalidad hacia todo tipo de migrante, deportado y refugiados abriendo la primera Casa del Migrante en Tijuana, siguió Ciudad Juárez, luego Tecún Umán en Guatemala, Tapachula, Ciudad de Guatemala y Agua Prieta.
Las Casas del Migrante son un centro de acogida, donde se proporciona alojamiento, comida, apoyo espiritual, orientación, primera atención médica y defensa y promoción de los derechos humanos. Sin embrago, la situación de violencia que prevalece en contra de la población migrante, exige una respuesta y un servicio mas integral por parte de sacerdotes y laicos. Se crearon así hace más de una década los Centros de Derechos Humanos, cuya tarea consiste en promover y defender los derechos humanos de la población migrante, desde su perspectiva eclesial, social, jurídica y política.
Los Centros ofrecen pláticas de derechos humanos a los huéspedes de las Casas y a los migrantes asegurados por el Instituto Nacional de Migración. Este tipo de encuentros, permiten que los migrante conozcan sus derechos a través de diversas técnicas y juegos, como rompecabezas, lotería, memorama, etc.
Se imparten talleres de capacitación a sacerdotes, agentes de pastoral y demás personas interesadas en la temática de derechos humanos, buscando ofrecer herramientas metodologícas y jurídicas, para la documentación de casos y la defensa de los derechos humanos. Se sensibiliza a los estudiantes de distintos niveles educativos, sobre el fenómeno migratorio y los derechos humanos, con el fin de promover una cultura de respeto.
Población sometida a abusos
Del total de la población atendida en las Casas, el 25%, es decir, alrededor de 4,950 personas al año, han sufrido algún abuso por parte de delincuentes, empleadores y autoridades, sin embargo, estas violaciones no son denunciadas debido al temor que tienen los migrantes a sufrir represalias, como la deportación en el caso de los que se encuentran indocumentados, o bien, por que al interponer una denuncia se hace necesaria una estancia mas prolongada de su parte, por cuestión de ratificación, presentación de testigos, etc.
Deportados
En 2008 las 32 delegaciones migratorias diseminadas por el largo y ancho territorio mexicano repatriaron a 55 mil 561 migrantes centroamericanos, segpun el Instituto Nacional de Migración de México. Los mutilados por "el tren de la muerte" -que atraviesa México de punta a punta- se cuentan por centenares, el desierto de Sonora-Arizona cobra 500 muertes anuales y en 2002 aparecieron Los Zetas, siniestro colectivo dedicado al sicariato, el narcotráfico y el no menos lucrativo negocio de secuestrar y extorsionar migrantes.
Según el citado Instituto, entre los deportados de 2008 había 978 nicaragüenses. En los meses de enero a junio de 2009 se sumaron 699 más.Todas y todos tienen historias urdidas por su afán frustrado de alcanzar el "sueño americano." También las tienen los deportados desde el sur, los que son enviados desde Costa Rica. Y también las tiene otro grupo bien diverso, el de los migrantes que pasan por Nicaragua: somalíes, dominicanos, cubanos, etíopes, chinos, ecuatorianos, nepalíes, peruanos, colombianos.
Según informes de organizaciones que trabajan con migrantes, durante 2009 disminuyó el flujo de migrantes deportados de 700 a 550 personas diarias, aunque la composición continúa igual porque 150 provienen de prisiones, 150 son de la tercera edad, así como el restante son niños y mujeres, señala Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional (Guatemala- México) de los Derechos Humanos.
Tras comentar que la reducción se dio en un leve porcentaje a comparación de 2008, la realidad es que se continúa con la deportación de niños, mujeres y personas de la tercera edad, que es el sector más vulnerable, sobre todo en esta época invernal.
A diferencia de los hombres, expuso que 150 de estos son ex convictos que purgaron condena en cárceles de Estados Unidos y esto es lo más preocupante porque algunos se quedarán en la calle a continuar delinquiendo. Expuso que a la fecha hay una disminución de los deportados y por Tijuana se deporta el 45 por ciento, de los cuales 150 provienen de prisiones o pandillas, así como 150 personas de la tercera edad de entre 50 y 65 años y las otras son niños, niñas y mujeres.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación Fuentes: http://www.migrante.com.mx/index.php, El Sol de Tijuana
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