21 septiembre 2009 por Trinidad Vásquez
MANAGUA, Nicaragua – Las fiestas patrias por el aniversario de la Declaración de la Independencia de Nicaragua, de la Colonia española, se vieron ensombrecidas por la ola de violencia que dejó un saldo de 15 muertes, entre accidentes de tránsito, homicidios, tres ahogados y el ataque entre pandillas, junto a los problemas intrafamiliares que sumaron tres fallecidos.
En las últimas semanas la sociedad nicaragüense se visto alarmada ante el incremento de la violencia y la pérdida, cada día, de la seguridad ciudadana.
A diario muchos ciudadanos son asaltados, a la plena luz del día, y en las noches se enfrentan las pandillas juveniles sembrando el dolor y luto en las familias. También preocupa la violencia intrafamiliar. Durante las fiestas patrias, 14 y 15 de septiembre, las autoridades confirmaron 15 muertes en forma violenta. En Matagalpa, a 145 kilómetros al norte de la capital, la joven Mary Luz Cienfuegos encontró la muerte a manos de su propio compañero de vida sentimental.
El pastor Willian González, de la Iglesia de Dios, dijo que la grave situación que se vive es parte de un acumulado muy grande de actos violentos de los últimos 30 años, y que al actual Gobierno, ante la crisis económica internacional ,se le hace muy difícil controlar la situación.
Existe mucho desorden en todas las esferas de la sociedad y, también, esta situación tiene un trasfondo espiritual, porque las personas no quieren someterse a las normas éticas y morales, y caen en la codicia y la corrupción, expresó el líder evangélico.
Cada día se requiere de más presupuesto para la seguridad y el Gobierno no tiene recursos.
Mientras, el obispo de la Iglesia Católica de León, monseñor Bosco Viva, comentó que el nivel de violencia existente forma parte de la descomposición social promovida por las mismas esferas de poder en el país.
El obispo Bosco Vivas, de la Diócesis de León, la segunda ciudad en importancia de Nicaragua, reaccionó, con estas declaraciones, ante el crimen de dos ciudadanos de reconocidas familias, en menos 48 horas, a consecuencia de la pérdida, cada día más, de la seguridad ciudadana; "aunque digan lo contrario las autoridades de la policía y el turismo."
Según el líder religioso, los elementos de violencia que se suceden en el país son consecuencia de la falta de valores y la sociedad debe corregir todo aquello que azuce actitudes agresivas como una expresión de odio. "El crimen es un pecado y la Iglesia lo condena. Es deber de aquellos que tienen las riendas del poder ver estos problemas, pues, ojalá, se revisen y acepten los consejos dados, para que no sigamos viviendo en un mundo irreal," comentó el prelado.
Por su parte, el cardenal Miguel Obando y Bravo, durante los desfiles patrios, llamó a la unidad de los nicaragüenses, asegurando que lo que un solo hombre no ha podido hacer, entres varios si se puede lograr.
En distritos de esta capital y algunas ciudades del interior muchas iglesias evangélicas, en coordinación con la policía, impulsan programas de rehabilitación para rescatar a los jóvenes pandilleros.
Recordemos que, tras la invasión napoleónica de España, se desató en toda la América una ola de independentismo. En el momento de la independencia, Nicaragua formó parte de las Provincias Unidas de Centroamérica y luego se emancipó, totalmente, en 1838.
En distintas partes del continente se produjeron levantamientos armados, como el del cura Miguel Hidalgo, en México; el de Santa Fe, en Colombia, al mando del libertador Simón Bolívar; y el del Virreinato de Río de la Plata, dirigido por un antiguo funcionario español, José San Martín.
En León, capital de la provincia de Nicaragua, comienzan a surgir algunos disturbios. El 13 de noviembre de 1811, pobladores de esa ciudad salen a las calles a demandar la creación de un nuevo gobierno, el nombramiento de nuevos jueces, la libertad de los presos y la abolición del monopolio de la venta de aguardiente, entre otras peticiones.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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