26 agosto 2009
Es urgente que el movimiento ecuménico ofrezca una visión a "un mundo que está tan dividido como lo estaba cuando el telón de acero y el muro de Berlín aún existían; cuando el apartheid y las dictaduras militares aún estaban vigentes," dijo Walter Altmann, moderador del comité central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en su informe ante este cuerpo hoy.
Hoy el mundo "está dividido de manera más compleja y, al mismo tiempo, más flagrante y sutil," señaló Altmann. Esa división se refleja en "el acceso restringido o la falta de acceso al agua, a la alimentación, a la educación y a la asistencia sanitaria de una gran proporción de la población mundial," así como "la pobreza extrema [que] sigue siendo una realidad."
Simultáneamente, "el pluralismo religioso y la fragmentación cultural se han puesto más de relieve," dijo Altmann. Una consecuencia de ellos es que la membresía del CMI "ya no es tan representativa del cristianismo mundial (o de las iglesias que no católico romanas) como antes."
No obstante, al hacer un balance de la actuación del movimiento ecuménico y del CMI en los últimos años, Altmann destacó cambios fundamentales logrados gracias a la influencia y trabajo de ambos. Hay resultados palpables que han conducido al diálogo, a la cooperación y al espíritu de comunidad entre las familias confesionales, sostuvo.
Nuevos actores desafían al movimiento ecuménico
El surgimiento de nuevos actores en el campo religioso desafía al movimiento ecuménico histórico con su complejidad, mientras los ministerios especializados eclesiales para la cooperación y el desarrollo tienen un alto impacto en la vida de las iglesias y en la sociedad.
Uno de estos nuevos actores es el Foro Cristiano Mundial, que se reunió por primera vez en Nairobi, en 2007. Según Altmann, éste representa "un nuevo enfoque del ecumenismo," al abarcar a iglesias ortodoxas, católicas romanas, anglicanas, protestantes reformadas, pentecostales y evangélicas, así como a redes cristianas y organizaciones para-eclesiásticas.
Altmann destacó la aparición de un "tercer actor": las organizaciones ecuménicas en sentido amplio, y los ministerios especializados de las iglesias para la cooperación y el desarrollo. Este actor ha otorgado una nueva dinámica al trabajo ecuménico. Pero al mismo tiempo, "mantener la coherencia del movimiento ecuménico se ha convertido, en muchas ocasiones, en un gran reto."
"El gran número de organizaciones ecuménicas constituye un enorme reto para las iglesias y los organismos de financiación, de los que se espera que participen en estos organismos y los apoyen," subrayó el moderador del CMI.
Al mismo tiempo, estos nuevos actores en el movimiento ecuménico mundial movilizan, cuestionan y ponen en discusión los lazos de confianza que pueden construirse en el desarrollo del diálogo y del trabajo ecuménico.
"La confianza solo puede desarrollarse si nos volvemos constantemente hacia Jesús como nuestro Señor y Salvador, si buscamos con diligencia la voluntad de Dios y estamos abiertos a dejarnos guiar por el Espíritu Santo," afirmó Altmann.
"Al seguir a Jesús, permanecemos fieles también al compromiso ecuménico. No es algo opcional. No podemos volver la espalda y conformarnos con nuestras propias particularidades como iglesias diversas. Perseveramos, en cambio, en la búsqueda de la unidad," concluyó.
El texto de la alocución del moderador está disponible en: http://www.oikoumene.org/?id=7130&L=4.
Más información sobre la reunión del Comité Central del CMI está disponible en el sitio web del CMI http://www.oikoumene.org/?id=6744&L=4.
Consejo Mundial de Iglesias
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