2 febrero 2008
LA HABANA, Cuba – Como parte de los acontecimientos que en los últimos meses se vienen realizando como parte de los festejos de los 50 años de la Revolución (castrista) Cubana, el habanero Centro de Inmunología invitó a especialistas nacionales, de temas considerados álgidos, para que durante aproximadamente una hora dialogaran con los investigadores del lugar.
Migración, constitución y religión son algunas de las temáticas de interés para ese colectivo, mayoritariamente joven, como lo es más del 70 por ciento de la sociedad a la cual pertenecen. Generaciones nacidas y educadas durante las décadas de Guerra Fría, o tras el final de lo que se conoció como Bloque Socialista de la Europa del Este, y, casi todos, en estos años de enfrentamiento frontal con los Estados Unidos, se les enseñó que emigra el apátrida o el egoísta, que ciencia y religión son excluyentes, que religión era equivalente a contrarrevolución. La experiencia les ha mostrado que sus coterráneos muestran cada vez mayor propensión a abandonar el país sin por ello dejar de querer su tierra ni a sus amigos y familiares, y cómo cada vez más reconocen tener creencias y prácticas religiosas sin importar su nivel de instrucción ni su compromiso político.
La presencia de la iglesia Católica Romana en Cuba y sus relaciones con el Estado socialista fue el motivo de intercambio en la presente semana. El profesor Enrique López Oliva y la antropóloga María Faguaga Iglesias, con música de fondo cuyos textos alaban a Dios y se refieren al presente del cristiano común, en tiempo de pop, dialogaron con los participantes, algunos de los cuales se auto identificaron como religiosos, y no pocos dijeron tener algún conocimiento de la Biblia o tener experiencias de parejas con personas religiosas, expresiones estas de que va quedando atrás -no sin obstáculos ni retrocesos-lo peor del período de política oficialmente atea y, que en la práctica se manifestó ateizante.
La pluralidad de manifestaciones del catolicismo, el rol que actualmente puede esta Iglesia desempeñar en la política en América Latina y en Cuba, la Teología de la Liberación, las contradicciones del fallecido Pontífice Juan Pablo II y la política seguida por su sucesor Benedicto XVI, así como las posibilidades futuras del catolicismo-romano centraron el intercambio, que finalizó con la perspectiva de un futuro encuentro para dilucidar en torno a las relaciones entre ciencias y religiones.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación Informe de María I. Faguaga Iglesias
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