26 enero 2009 por Claudia Florentín
BUENOS AIRES, Argentina – Benedicto XVI levantó este fin de semana la excomunión impuesta en 1988 a cuatro obispos ultratradicionalistas ordenados por monseñor Marcel Lefebvre- en una abierta afrenta en ese tiempo contra Juan Pablo II-, entre ellos Richard Williamson, quien declaró a la prensa sueca que cree que no existieron las cámaras de gas nazis, pero además es opositor del ecumenismo y de lo que denomina el "liberalismo" en la Iglesia de Roma.
El decreto que revisa la excomunión de Bernard Fellay, superior de la Fraternidad San Pío X, creada por Lefbvre; el español Alfonso de Gallareta, el francés Tissier de Mallerais y el británico Richard Williamson, destaca el deseo del Vaticano de estabilizar las relaciones con la hermandad, estimular la unidad de la Iglesia universal y superar "el escándalo de la división." Claro que, en el afán de unir la iglesia Católica, Benedicto XVI abre una enorme brecha en las relaciones con el judaísmo.
El Vaticano presentó el año pasado una serie de condiciones para lograr un acercamiento con la hermandad ultratradicionalista. Los cuatro obispos garantizaron al Papa a fines de 2008 que pondrían todas sus fuerzas "al servicio de la Iglesia de nuestro señor Jesucristo, que es la Iglesia católica."
La escisión de 1988 se produjo cuando Lefebvre rechazó las reformas implementadas durante el Segundo Concilio Vaticano en los años 60 por considerarlos liberales. Los tradicionalistas nucleados en torno a Lefebvre criticaron entonces la reconciliación con el Judaísmo y la cooperación con otras confesiones cristianas impulsadas por el Concilio.
Uno de ellos, Williamson, ha realizado una serie de declaraciones en las que negó el alcance del Holocausto, aceptado por la mayoría de los principales historiadores. En comentarios en un programa sueco de televisión Williamson aseguró: "Creo que no hubo cámaras de gas," y sostuvo que sólo hasta 300.000 judíos perecieron en los campos de concentración nazis, en lugar de seis millones.
"Creo que la evidencia histórica está principalmente contra el hecho de que seis millones (de personas) fueran deliberadamente gaseadas en cámaras de gas como una política deliberada de Adolf Hitler (...) Creo que no hubo cámaras de gas," apuntó.
Elan Steinberg, vicepresidente de la Congregación Americana de Supervivientes del Holocausto y sus Descendientes, dijo que la posibilidad de que el Papa aceptara a Williamson de nuevo en la corriente principal de la Iglesia "ha sido recibida con conmoción y consternación."
"Para los judíos y todas las personas que sintieron el dolor de los terribles años de la Shoah (vocablo hebreo que se refiere al Holocausto), este paso alienta la transmisión del odio en todas partes," dijo a la prensa al conocer la decisión vaticana.
Al comenzar las reacciones en todo el mundo, el portavoz de Benedicto XVI, Federico Lombardi aclaró que "las declaraciones de Williamson no pueden ser compartidas bajo ningún concepto por la Iglesia Católica y el Papa."
El rabino David Rosen, responsable de los asuntos interreligiosos del Comité Judío Americano, dijo: "El extinto papa Juan Pablo II calificó el antisemitismo de pecado contra Dios y el hombre. La negación de documentación abrumadoramente detallada del Holocausto es del más descarado tipo de antisemitismo."
"Al dar la bienvenida a una persona que niega el Holocausto a la Iglesia Católica sin ninguna retractación de su parte, el Vaticano se está burlando del conmovedor e impresionante repudio y condena del antisemitismo," lamentó Rosen. Justamente esta decisión de Benedicto XVI se da a pocos díasde un nuevo recordatorio del Holocausto que se conmemora el 27 de enero.
El ex rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, Abraham Skorka, dijo a la Agencia Judía de Noticias que "mientras no haya una manifestación clara del Vaticano respecto a las declaraciones del Obispo Richard Williamson, el diálogo interreligioso se verá seriamente afectado." Manifestó su deseo de que "esta lamentable situación no afecte las relaciones entre judíos y católicos en Argentina."
Williamson se ha hecho conocido por declaraciones sobre el 11 de Setiembre de 2001. En varios sermones ha pedido la verdad sobre el atentado, acusando a los Estados Unidos de difundir mentiras.
Sobre el ecumenismo, el recientemente reincorporado obispo no ha sido más benévolo. En una conferencia en Buenos Aires en diciembre de 2002, expresaba: "Como la tradición es viva y puede cambiar, y todas las religiones son válidas, hemos liberado el espíritu y hemos preparado el camino del ecumenismo. Se puede pensar que el ecumenismo es el inicio de la destrucción de la Iglesia: sirve para destruir."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación Fuentes: AJN, Reuters, Agencias
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