21 enero 2009
LA HABANA, Cuba – El presidente estadounidense Barack Obama, en un frío mediodía de este martes 20 de enero, y ante más de dos millones de compatriotas y turistas aglomerados para presenciar su toma de posesión, ratificó su apuesta por los cambios al tiempo que exigía responsabilidad para enfrentar los retos del presente, encabezados por la actual crisis económica y las guerras en Irak y Afganistán. Por María I. Faguaga Iglesias, historiadora y antropóloga y Enrique López Oliva, corresponsal en La Habana de Monitor (México)
En discurso calificado de "realista" y "esperanzador" por muchos analistas, y que consideran otros que no cumplió sus expectativas, en equilibrio difícil de alcanzar, el primer presidente afroestadounidense, tras hacer el balance de los principales desafíos a los que se enfrenta su país y precisar que no los resolverán en breve periodo de tiempo, recordó la actual "pérdida de confianza" del mundo hacia su país, precisando que Estados Unidos está listo para retomar su liderazgo. Expresó Obama: "el mundo ha cambiado, y nosotros tenemos que cambiar con él" y anunció la transformación de escuelas y universidades "para hacer frente a las necesidades de la nueva era."
El joven abogado, para quien actuaron a su favor dos elementos que desde el inicio de su vertiginosa carrera hacia la presidencia le fueron señalados como sus puntos débiles, la falta experiencia y su pertenencia racial, quien mostró mayor conocimiento de las condiciones del momento y de las necesidades del electorado, convenientemente preciso, manifestó: "sabemos que nuestra herencia multiétnica es una fortaleza, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos y e hindúes -y de no creyentes. Estamos formados por todas las lenguas y culturas, procedentes de cada rincón de esta Tierra; debido a que hemos probado el mal trago de la guerra civil y la segregación, y resurgido más fuertes y más unidos de ese negro capítulo, no podemos evitar creer que los viejos odios se desvanecerán algún día, que las líneas divisorias entre tribus pronto se disolverán; que mientras el mundo se empequeñece, nuestra humanidad común se revelará; y América tiene que desempeñar su papel en el alumbramiento de una nueva era de paz."
"Lo que no entienden los cínicos – pareció aclarar a sus críticos – es que el terreno que pisan ha cambiado y que los argumentos políticos estériles que nos han consumido durante demasiado tiempo ya no sirven."
Como sus partidarios, los cínicos se encuentran en cualquier latitud. El nuevo presidente de Estados Unidos desata las pasiones. En Kenia, en España y en Colombia se celebró este martes su toma de posesión. En muchas partes del mundo, aún reconociendo el valor histórico y la trascendencia de su presencia, se le ha denostado.
En Cuba, donde pareciera no comprenderse del todo su importancia y significado, para el país en el cual cuatro décadas atrás el reverendo Martin Luther King, líder de la lucha por los derechos civiles de la población afroestadounidense fuera asesinado, conocedores se aferran a la idea de que el ex senador de Illinois apenas representa el "gatopardismo" capitalista. "El hombre más poderoso del mundo, en este momento, es un negro, pero no se engañen, es un negro capitalista, y, ni siquiera es un negro, sino un mulato" enfatizaba un académico cubano.
Aferrada a posiciones extremas, la sociedad cubana visible, la que trasciende en los medios oficiales o que apoyan al régimen – no necesariamente la única, como procura mostrarse – había apostado porque Obama, al que se calificara de "candidato a destiempo," no alcanzaría la nominación demócrata, y, luego, porque no llegaría a la presidencia; ya ganadas las elecciones, se pensaba – como en tantas partes del mundo – que se impondría la violencia, que Barack sería asesinado como presidente electo. Lo que no entienden – asegura un analista cubano-americano – "es que no se trata de cuatro cambios, ni se trata de un cambio de política; se trata de uncambio de filosofía, para Estados Unidos y para el mundo."
Mientras los gobernantes europeos y latinoamericanos – la presidenta argentina, Cristina Fernández, actualmente de visita en La Habana, calificó de "positivo" y "confirmatorio" de buenas expectativas el discurso que pronunciara Barack Obama – felicitan a su más reciente homólogo estadounidense, que como el joven presidente ecuatoriano Rafael Correa apuesta por los cambios, por transformaciones reales que den un contenido social verdaderamente positivo al siglo XXI, el canciller venezolano Nicolás Maduro, le reclamó que "rectifique" sus recientes declaraciones respecto a Venezuela. El mandatario Hugo Chávez, había dicho que la semana pasada Obama señaló a Venezuela como factor de retroceso en la región, argumentando que apoya a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
En pronunciamiento inédito para las autoridades cubanas respecto a Obama, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, calificó de "muy interesante" su discurso y opinó que "es un gran signo de interrogación" las expectativas de Cuba sobre el mandato de ese presidente, con lo cual se refería – sin mencionarlo – a la Cuba institucionalizada, pues la de la ciudadanía, sea o no obamista, mantiene la esperanza de que la nueva presidencia del vecino del Norte elimine las restricciones a los viajes entre los cubanos que viven en ambos países además de las limitaciones al envío de remesas a la Isla; los más optimistas, aspiran al levantamiento del embargo o bloqueo, imperante desde 1961.
Este martes unos cincuenta opositores cubanos, mayoritariamente blancos, asistieron a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, invitados a presenciar la toma de posesión del presidente de ese país, transmitida por CNN en directo. Resultaba notoria la ausencia de destacadas personalidades de ese entorno, como Vladimiro Roca, Martha Beatriz Roque, el psicólogo Néstor Farinas y Antúnez, además de José Vélez y Juan Antonio Madrazo, estos dos figuras de organizaciones de corte antirracista. Muchos en la oposición política cubana, que tuvo muy buenas relaciones con el presidente saliente George W. Bush, no se han mostrado muy partidarios de las apreciaciones de Obama – quien en su campaña manifestó disposición a conversar con el gobierno isleño – respecto a Cuba.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
|
|