7 julio 2008
Susana Barrera
SAN SALVADOR – "La pobreza económica y ambiental que vivimos en El Salvador provocan estas tragedias," expresó en un comunicado el Foro Ecuménico del Consejo Latinoamericano de Iglesias (FECLAI- El Salvador) al referirse a la muerte de 31 miembros de una comunidad evangélica cuando el autobús en que viajaban fue arrastrado por la corriente del río Acelhualte, afluente que atraviesa la capital salvadoreña.
FECLAI, que también aglutina a las iglesias históricas, se solidarizó con la comunidad evangélica ELIM, iglesia a la que pertenecían las víctimas.
El obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador, Martín Barahona, invitó a las familias de las víctimas y a la Iglesia ELIM a abrasarse del Dios de amor; en un mensaje dirigido al Pastor general de esa iglesia, Mario Vega, el Obispo expresó sus condolencias y solidaridad.
"Los hermanos y hermanas ofrendaron sus vidas por la voluntad de Dios; como ángeles nos traen el mensaje que este mundo tiene que cambiar, asumiendo los seres humanos el ser mayordomos responsables con la creación de Dios," dijo FECLAI-El Salvador. "Bendito y benditas nuestros hermanos y hermanas descansan en paz y gocen en la presencia de nuestro Señor Jesucristo," agrega.
Hasta este sábado a vera del río se habían localizado los cuerpos de 17 víctimas; casi 700 personas del Sistema de Emergencia Nacional trabajaban por la recuperación del resto, mientras la Iglesia ELIM convocó a su membresía a diferentes cultos y exhortó a las autoridades a aplicar medidas contra la vulnerabilidad. Esta Iglesia de corte pentecostal es una de las más populares en El Salvador.
El río Acelhuate, que en idioma nahuat significa río de las ninfas moradas, es un escenario histórico de tragedias en época de invierno; durante el 2008 esta ha sido la de mayor magnitud.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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