26 mayo 2008
LIMA, Perú – Pasaron casi dos décadas y media para que los familiares de campesinos desaparecidos en 1984 lograran dar con su paradero, tras confirmarse el hallazgo de un total de 25 cuerpos en una fosa común descubierta en el departamento de Ayacucho.
El descubrimiento se produjo el pasado viernes 23 en la localidad de Putis, perteneciente a la provincia de Huanta, encontrándose el hoyo más grande en el Perú, que data de la época de violencia política y subversiva vivida en el país en las décadas de 1980 y 1990; y en el que se presume habrían más 120 cuerpos.
Además de encontrarse los cuerpos, también se descubrieron 15 casquillos de bala, lo cual es un indicio de que los campesinos fueron acribillados por elementos del ejército peruano.
Las exhumaciones en el lugar se iniciaron el 17 de mayo, y estuvieron a cargo del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), encabezado por Rubén López, titular de la Segunda Fiscalía Supraprovincial de Derechos Humanos de Ayacucho. Además, estuvieron como observadores representantes de la Asociación Evangélica Paz y Esperanza.
Estos trabajos se prolongarán hasta la primera semana de junio. Incluso se instalará un laboratorio para que los familiares puedan identificar los restos de sus seres queridos, y así darles sepultura.
Al respecto, Norberto Lamilla, representante en Ayacucho de Paz y Esperanza, institución que patrocina a los familiares de los desaparecidos, anunció que están coordinando acciones con entidades públicas y privadas para poder cubrir con los gastos de los entierros. Asimismo señaló que se podría construir un monumento simbólico para recordar el hecho.
Los antecedentes
El gobierno del entonces presidente Fernando Belaúnde decretó estado de emergencia en Ayacucho, y luego estableció en 1983 un Comando Político Militar, para contrarrestar el avance de Sendero Luminoso en esta zona durante los primeros años de la década de 1980,
Los integrantes de este Comando, pertenecientes al Ejército, instaron a los campesinos con engaños a refugiarse en una base militar de la localidad de Putis, para protegerles de los subversivos, y de paso puedan apoyarles en la construcción de una "piscigranja." Después de haberlos reclutado, los militares los acribillaron enterraron en lo que al final sería la fosa común. Esto ocurrió en diciembre de 1984.
La información del caso está citada en el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), donde además se indica que el recuerdo de los campesinos muertos instó a sus familiares "a buscar el lugar donde estos estaban enterrados, así como identificar a los presuntos responsables del crimen."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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