10 enero 2008
HUALPEN, Chile – La Iglesia Evangélica Luterana, Congregación San Pablo de la Comuna de Hualpén, dio a conocer un comunicado ante los acontecimientos acaecidos recientemente vinculados al movimiento del pueblo Mapuche y sus reivindicaciones por la recuperación de sus tierras ancestrales.
La declaración afirma que como cristianos "tenemos la misión de anunciar la palabra del Señor y denunciar las injusticias. Pensamos que nuestros hermanos del pueblo mapuche en sus justas demandas exigen precisamente la posibilidad de transitar en un país libre y con dignidad."
Analizan, ante las represiones por parte del Estado chileno- que hasta costaron la vida del joven Matías Catrileo- que la respuesta del estado no debe ser la militarización del conflicto, si no dar respuesta asertiva a las legítimas demandas del pueblo Mapuche.
Recuerda la comunidad luterana, que la ONU, en el último informe conocido en mayo del año pasado, manifiesto sus reparos acerca del hostigamiento en contra de niños, niñas, ancianos y ancianas mapuches, alertando también a no olvidar que el Estado Chileno, en la última Asamblea General de las Naciones Unidas, con su voto "contribuyó a una declaración sobre derechos de los pueblos indígenas que implica "la restitución de las tierras ancestrales usurpadas si su consentimiento; de no hacer otorgar una compensación."
"Abogamos por la restitución de los derechos ancestrales de nuestros pueblos originarios, abogamos por la resolución del conflicto, considerando los compromisos internacionales adquiridos por el estado chileno, abogamos por un nuevo trato hacia el pueblo mapuche," enfatizan.
Finalmente, encomiendan en oración esta realidad "para que en nuestra patria se respeten los derecho de nuestros pueblo originarios."
La demanda de los indígenas mapuches por la propiedad de tierras en el sur de Chile, que consideran suyas por derecho ancestral, derivó en hechos de violencia las últimas semanas, en un conflicto que no es nuevo, pero que se agudiza en cada retorno.
El jueves pasado el estudiante mapuche Matías Catrileo murió baleado en un enfrentamiento con la Policía, que repelía a activistas que ocupaban una hacienda privada en la localidad de Vilcún en la región de la Araucanía (700 km al sur de Santiago).
La muerte del estudiante mapuche -el episodio más grave desde la del activista Alex Lemún en 2003, también alcanzado por una bala policial-, desató nuevas manifestaciones tanto en la Araucanía como en Santiago, que terminaron con una decena de detenidos.
Las protestas se han concentrado principalmente en la Araucanía, donde habita la mayor parte de los mapuches o "gente de la tierra," que representa el 6,6% de la población chilena de 16 millones de habitantes. No existe una estimación oficial de la extensión total de tierras que exigen los mapuches. Hasta 2006, el Estado chileno, a través de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, había entregado unas 504.000 hectáreas a esas comunidades.
Muchas de las tierras reclamadas permanecen hoy en manos de terratenientes o empresas forestales y son escenario regular de protestas.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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