23 noviembre 2007
GUATEMALA – Con una celebración ecuménica de acción de gracias el Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala conmemoró los 25 años de ordenación episcopal de su presidente, el prelado de la Iglesia Episcopal de Guatemala obispo Armando Guerra Soria y los 10 años en el obispado católico de Monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, Vicepresidente de este espacio ecuménico y presidente de la Comisión de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal de Guatemala.
Al referirse al propósito de la celebración, el Rev. Vitalino Similox Salazar, secretario general del Concejo Ecuménico Cristiano, dijo que ambos obispos han dando un aporte muy significativo al caminar ecuménico en Guatemala. Explicó que el Obispo Guerra, ordenado en 1982 cuando el conflicto armado interno en el país atravesaba su período más cruento, fue uno de los promotores del sector religioso y su incidencia en las negociaciones por la paz y Monseñor Valenzuela, ordenado un año después de la firma de la Paz (1997), logró instaurar en el país la celebración ecuménica de la unidad de los cristianos que se viene celebrando desde el 2000, especialmente en la Catedral Metropolitana con la participación de todos los Obispos católicos y pastores de las diferentes iglesias protestantes.
"Solo hemos hecho, lo que teníamos que hacer, que juntos podamos construir la sociedad que Jesús y todos anhelamos," expresó el Obispo Guerra al recibir un recuerdo de manos del Rev. Iván Paz Andrade, Secretario de la Iglesia Evangélica Nacional Presbiteriana de Guatemala. Por su parte, Monseñor Valenzuela citó la frase del misiólogo coreano Wonsuk Ma, "el ecumenismo es como andar en bicicleta, si no avanzamos, nos caemos" e invitó a seguir dando gracias a Dios por los pasos que se van dando y no desmayar en este esfuerzo.
La liturgia celebrada el pasado viernes 16 de noviembre en la Iglesia Episcopal San Juan Bautista ubicada en el Centro de la capital guatemalteca, contó con la participación de una delegación de la Región Mesoamericana del CLAI, presidida por su Secretario Rev. Eduardo Chinchilla, quien afirmó que se necesita tener fe en Dios para ser guía del pueblo, para ser ejemplo y para vivir en esta sociedad; a través de la reflexión de Hebreos 6, 9-11 animó a los celebrados a continuar con el mismo entusiasmo hasta el fin.
En las palabras de cierre del acto religioso, el Rev. José Pilar Alvarez de la Iglesia Luterana Guatemalteca, dijo que el ministerio episcopal también es un ministerio de sanar heridas y animó a las iglesias a ser sanadoras de las heridas provocadas por la injusticia, la inequidad y la exclusión y ratificó el compromiso del Concejo Ecuménico de velar por "una Guatemala más respetuosa de los derechos humanos y que la paz nos alcance a todos."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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