11 octubre 2007 por Leopoldo Cervantes-Ortiz
MÉXICO – El Che, icono omnipresente A 40 años de la desaparición de Ernesto Guevara de la Serna, el médico y combatiente argentino que creyó ciegamente en la posibilidad de hacer la revolución y cambiar las estructuras sociales en los ambientes más impensables, nadie discute la forma en que se ha convertido en uno de los íconos más manipulados de la década de los 60. Su figura, infaltable en la ropa juvenil y en los estandartes reivindicatorios de todas partes, representa, más allá de la ensoñación marcada por la época en que su actuación era una realidad extremadamente incómoda para muchos, la fuerza con que la obsesión latinoamericanista se impuso en amplios sectores sociales, dominados por una insatisfacción profunda en relación con la situación de nuestros países.
La fuerza icónica del Che radica precisamente en que, luego de cuatro décadas, incluso el cine lo ha retomado con una fuerza inesperada, así sea solamente para transmitir a las nuevas generaciones un poco del furor de los años dorados del impulso revolucionario. Acaso sea necesario confrontar la relevancia de la lucha de Guevara en función de los reajustes políticos y económicos que ha experimentado América Latina y el surgimiento de algunos gobiernos más dispuestos a retomar banderas casi abandonadas.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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