21 septiembre 2007 por Víctor Liza Jaramillo
LIMA, Perú – El presidente Alan García sorprendió a la opinión pública peruana con declaraciones altisonantes hacia la Iglesia Católica, el pasado fin de semana, siendo conocida su devoción por esta confesión religiosa.
Estas opiniones del Jefe de Estado se produjeron al comentar la negativa de Radio Cutivalú (de la ciudad de Piura) a emitir un aviso del Ministerio de Energía y Minas, en el que se señalaba que la Defensoría del Pueblo habría declarado ilegal la consulta vecinal para aprobar o no la instalación de un proyecto impulsado por la compañía minera Majaz.
La emisora se negó a transmitir dicho comunicado por considerar que había "mentiras" en este, ya que la Defensoría no declaró ilegal la consulta, la cual tuvo como resultado una contundente negativa de la población al proyecto de Majaz.
Pese a que García quiso restar importancia al hecho, al saber del apoyo de sacerdotes jesuitas a dicha consulta vecinal, "lamentó" que la emisora sea de "propiedad" de la Iglesia Católica.
"Entonces, yo me pregunto: ¿qué hace la iglesia jugando a la política?," dijo García, quien recordó que el Estado peruano tiene un concordato con el Vaticano, y agregó que "así como no me gusta que intervenga en la política (peruana) el gobierno venezolano o el gobierno argentino, tampoco es bueno que intervenga el Estado Vaticano."
Además, el primer mandatario aconsejó a la Iglesia "debe difundir el buen pensamiento cristiano, especialmente los sacerdotes extranjeros," a quienes conminó a "luchar por su revolución en su tierra y no simplemente aquí."
La respuesta de la Iglesia
Ante ello, representantes de la Iglesia Católica no hicieron esperar su réplica a las declaraciones de García Pérez. El obispo emérito de Chimbote, Luis Bambarén Gastelumendi, cuestionó al presidente peruano por sus repentinas ofensivas contra la Iglesia.
"El otro día el Presidente se tira contra la Iglesia, golpeando a todos, incluso al Vaticano, y después me llaman para mediar. ¡Yo no entiendo!," expresó Bambarén en una entrevista radial.
Por su parte, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) precisó en un comunicado que solo pretenden "un rostro humano" de la minería, así como la construcción de una cultura de paz para que exista "espacio y posibilidad de desarrollo."
"Como pastores del Pueblo de Dios, alentamos que se hagan todos los esfuerzos para construir una cultura de paz, mediante un diálogo justo, equitativo, de tolerancia de las opiniones, y que se fundamente en la defensa irrenunciable de la dignidad de la persona humana y del bien común," culmina la nota de prensa.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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