15 agosto 2007 Por Juan Michel
La crisis de los rehenes en Afganistán llevó a los cristianos coreanos a los titulares de los periódicos en todo el mundo. Pero otra dimensión, menos visible, del testimonio de las iglesias coreanas también está siendo reconocido estos días.
En los últimos años, la espectacular tasa de crecimiento del cristianismo en Corea del Sur – que es la mayor en Asia – ha llegado a ser tema reiterado en los medios de comunicación. Pero menos conocido es el trabajo que durante décadas las iglesias históricas de Corea han desempeñado en favor de la paz y la reunificación de su dividida nación.
En dos conferencias celebradas esta y la pasada semanas, las iglesias de Corea del Sur conmemoraron los 100 años transcurridos desde el gran reavivamiento de 1907 y reflexionaron sobre su continua labor por la reunificación de la nación.
Una historia de construcción de la paz
Después de la Segunda Guerra Mundial y de la liberación del dominio japonés, Corea fue dividida en dos zonas de ocupación militar, gobernando la Unión Soviética en el norte y los Estados Unidos en el sur. Esta separación no sólo dividió política e ideológicamente al país, sino que separó a millones de familias y también a las iglesias.
La Guerra de Corea, de 1950 a 1953, ahondó la división entre lo que llegaría a ser la Corea del Norte comunista (la República Popular Democrática de Corea) y la Corea del Sur capitalista (la República de Corea). La guerra terminó con la firma de un armisticio, pero hasta el día de hoy no se ha concertado un tratado de paz que lo sustituya. Recién en 1991 las dos Coreas firmaron un pacto de no agresión y entraron a formar parte de las Naciones Unidas.
Desde los primeros días de la separación, las iglesias de Corea del Sur han sido pioneras en los esfuerzos de construcción de la paz y han encarado la cuestión de la reunificación en épocas en que el tema rara vez se trataba abiertamente en el país.
Las iglesias reaccionaron a lo que el dirigente eclesiástico sudcoreano Jae-Woong Ahn, ex secretario general de la Conferencia Cristiana de Asia, llamó "una tragedia y una realidad dolorosa para la gente que vive a ambos lados." Mientras las dos Coreas seguían todavía técnicamente en guerra, alrededor de diez millones de familias permanecían separadas y pagaban un enorme costo humano por la división entre el Norte y el Sur.
La consulta "Paz y Justicia en el nordeste de Asia," celebrada en 1984 en Tozanso, Japón, constituyó un hito en la lucha de las iglesias coreanas por la reunificación. Convocada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la consulta preparó el terreno para conversaciones cara a cara entre cristianos de Corea del Norte y del Sur que más tarde tuvieron lugar en Glion, Suiza.
Tozanso y las posteriores consultas, celebradas en un contexto de alta tensión y mientras ambas partes trataban de demonizar "al otro," constituyeron proceso que muchos consideraron después el precursor del acercamiento coreano.
En aquella época, los encuentros fueron vistos no sólo como un importante capítulo en el compromiso ecuménico con las dos Coreas, sino también como un demostración de que el testimonio a favor de la paz es parte integrante de la fe cristiana.
La gran familia ecuménica apoyó ese proceso trabajando para desmontar las imágenes del "otro como enemigo" así como las "barreras ideológicas" de la época y exigiendo, al mismo tiempo, el fin de la carrera de armamentos, la desnuclearización de la península y la reunificación por medio pacíficos basada en la participación democrática de todos los coreanos.
Buscando la paz todavía hoy
Dos decenios después, la situación ha cambiado notablemente.
Corea del Sur es una democracia – logro al que las iglesias del país contribuyeron lo suyo – y el Sur y el Norte se han acercado. Entre otros factores gracias a la "política del sol," de compromiso conel Norte, aplicada por el ex presidente Kim Dae Jung en los años noventa, la cual condujo a la histórica cumbre intercoreana de 2000.
Pero los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 señalaron un retroceso de la evolución positiva en la península. Corea del Norte, incluida por el presidente de los Estados Unidos George W. Bush en su discurso sobre el "eje del mal" en 2002, se retiró del tratado de no proliferación nuclear en 2003.
Sólo en febrero de 2007, en el contexto de las conversaciones sexpartitas – emprendidas en 2003 con la participación de las dos Coreas, Rusia, Japón, China y los EUA – Corea del Norte se comprometió a tomar algunas medidas de desnuclearización a cambio de ayuda energética y económica.
Esta semana, funcionarios de Corea del Sur anunciaron que se ha programado una segunda reunión con dirigentes del Norte para los días 29-30 de agosto. En la agenda estarán los esfuerzos internacionales encaminados a resolver la cuestión nuclear en Corea del Norte.
"Hemos recorrido un largo camino desde la época en que el debate sobre la reunificación era considerado un delito, y el tiempo ha demostrado que la posición principista de las iglesias sobre esta cuestión fue profética," dijo el secretario general del CMI, Samuel Kobia, en un discurso pronunciado la semana pasada en Seúl, en la "Consulta internacional sobre el rol de las iglesias en la paz y la unificación." "Pero hoy la lucha por la paz y la reunificación debe continuar en un entorno geopolítico mucho más complejo." (Ver recuadro.)
Los obstáculos para la reunificación son hoy de carácter tanto político como espiritual.
Para Geo-Sung Kim, presidente de la filial local de Transparencia Internacional y pastor de la Iglesia Presbiteriana de la República de Corea, el obstáculo más grave para alcanzar la reunificación consiste en "las alambradas de púas existentes dentro de nuestros corazones."
El trauma de la Guerra de Corea, junto con el anticomunismo predominante en la sociedad y en las iglesias, crea una "atmósfera social de antagonismo" hacia el Norte. Esto induce a muchos a promover una "reunificación por absorción," así como una "labor misionera agresiva," afirma Kim.
Según Soo-il Chai, profesor de misiología y ecumenismo en la Universidad Hanshin y miembro de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI, entre los desafíos políticos que enfrenta Corea figuran los intereses geopolíticos de vecinos poderosos como Japón, China y Rusia, así como los Estados Unidos. "Cuanto más tiempo Corea permanezca dividida, mejor es para los objetivos estratégicos y económicos de las superpotencias," afirma Chai.
Tanto Kim como Chai creen que se tardará varios decenios en conseguir la reunificación. Ambos piensan que será el resultado de un proceso "paso a paso" de creación de confianza mutua y de una cultura de paz, así como de fortalecimiento de la cooperación económica, que debería mejorar la calidad de la vida en Corea del Norte.
La acción ecuménica internacional debe ayudar a Corea del Norte a salir de su aislamiento e integrarse mejor en la comunidad internacional, dice Chai. Él también querría ver un mayor apoyo a los cristianos del Norte, que los ayude a mejorar su posición en la sociedad.
Entretanto, las iglesias de Corea del Sur – y toda la familia ecuménica – han prometido seguir ayudando al Norte con asistencia humanitaria y orando por la paz y la reunificación, como muchas de ellas lo vienen haciendo hace decenios.
[RECUADRO] Iglesias de seis países constituirían organismo de control de las conversaciones sixpartitas
Un amplio espectro de representantes eclesiales reunidos en Seúl del 9 al 11 de agosto aprobó la propuesta de organizar una reunión paralela de iglesias de los países participantes en las conversaciones sixpartitas sobre la península de Corea. La decisión fue tomada en una conferencia conmemorando el centenario del Gran Reavivamiento Coreano de 1907 y dedicada a estudiar el rol de las iglesias en la construcción de la paz para la dividida nación.
La propuesta, que fue presentada en el discurso central de la conferencia por el pastor Dr. Samuel Kobia, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), recomienda a las iglesias de Estados Unidos, Rusia, China, Japón y las dos Coreas que "persuadan a sus respectivos gobiernos para que garanticen la continuidad de esas conversaciones a fin de aliviar la tensión y el conflicto en la península de forma que la gente pueda vivir en paz."
Para conseguirlo, Kobia sugirió que las iglesias de los seis países "estudien las posibilidades de organizar un foro paralelo de iglesias," en el que participen también iglesias de Canadá, Escandinavia y la Unión Europea, durante la próxima ronda de conversaciones sixpartitas. El foro actuaría también como organismo de control de las conversaciones.
Las conversaciones sixpartitas comenzaron en 2003 después de la retirada de Corea del Norte del Tratado de no proliferación nuclear. Sin embargo, habían permanecido paralizadas hasta que recientemente Corea del Norte acordó cerrar sus instalaciones nucleares.
La declaración de las iglesias coreanas pide al CMI que facilite la reunión paralela de iglesias e insta a las iglesias de todo el mundo a que "reconozcan que la paz y la unificación de la península de Corea es un problema regional con repercusiones mundiales."
La declaración pide también a los gobiernos de las dos Coreas y a todos los participantes en la próxima sesión cumbre, programada para los días 29 y 30 de agosto, que establezcan planes de desarrollo económico e intensifiquen los intercambios a todos los niveles de ambas sociedades.
La propuesta aprobada en la conferencia pide a las iglesias de Corea que oren unas por otras y trabajen para articular una comprensión clara de la unificación en la península, profundizando al mismo tiempo las relaciones mutuas.
La conferencia fue organizada por el Consejo Nacional de Iglesias de Corea y el Consejo Cristiano de Corea. Asistieron más de 300 participantes de Corea y de 27 países de Asia y del resto del mundo.
El texto completo (en inglés) del discurso de Samuel Kobia puede verse en: http://www.oikoumene.org/?id=3955&L=4.
El discurso de Samuel Kobia a la conferencia de Chang Seong puede verse (en inglés) en: http://www.oikoumene.org/?id=3956&L=4.
Puede leerse una oración por la paz y la reunificación (en inglés), escrita por el Consejo Nacional de Iglesias de Corea (NCCK) en el Sur y la Federación Cristiana Coreana (KCF) en el Norte en: http://www.oikoumene.org/?id=3981&L=4.
Consejo Mundial de Iglesias Juan Michel es el encargado de relaciones con los medios de información del CMI y miembro de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, en Buenos Aires, Argentina.
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