17 abril 2007
BUENOS AIRES, Argentina – De la apertura de corazones, estoy satisfecho, afirma Elías Szczytnicki, Director de la Oficina Regional Latinoamericana y Caribeña de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP), promediando el Pre-Foro Ecuménico e Interreligioso del IV Foro Latinoamericano y del Caribe en VIH/SIDA e ITS, que se realizó hoy en la AMIA, Comunidad Judía de Buenos Aires.
"Todos y todas hemos venido con la conciencia de que la diversidad es el eje central y debemos practicarlo entre nosotros, y sabemos que sobre algunos temas, particularmente lo que hace a la sexualidad, no todos pensamos igual, pero nos sentimos hermanados por el gran dolor de oír las cifras alarmantes de crecimiento del VIH y Sida en América Latina" expresa. La enfermedad crece entre las mujeres, los jóvenes y los pobres en nuestra región. De los aproximadamente 2 millones de personas que viven con VIH, 750 mil son jóvenes. UNICEF hace una proyección para el 2010 calculando que habrá unos 400 mil niños y niñas huérfanas por la muerte de los padres a causa de la enfermedad.
Szczytnicki sueña con comunidades de fe que se organicen alrededor del tema y puedan incidir en la agenda publica de sus países. "En aquellos países donde se implementaron test para varones y mujeres la epidemia no ha avanzado, afirma, y no hay nada en las convicciones religiosas de ninguno de nosotros que impida que cumplamos con los test y los fomentemos."
También es parte de ese sueño, Nils Katsberg, Director de la Oficina Regional de las Américas y el Caribe de UNICEF. En su intervención de la mañana invitó a las comunidades de fe a organizarse y seguir los avances en el tema a nivel regional. La violencia, el abuso sexual y el VIH van de la mano en la región, afirma y tomando una imagen del mundo religioso, expresa, "El pecado se expande en el silencio y la impunidad, la violencia y las violaciones también y no hay que ocultarlas más." El acceso universal a la prevención y el tratamiento, dice, no cambia por si solo la realidad, debe cambiar la actitud y para eso las comunidades de fe son importantes. Destaca como ejemplo que el 95% de los hombres en la región nunca se ha hecho un test de VIH y no siempre esto es por falta de acceso a los mismos.
A su turno, la pastora luterana Judith van Osdol, arremetió contra la injusticia, principalmente la de género. En una presentación titulada "Mantengamos la promesa," apelación hechas a las comunidades de fe y los gobiernos que han adherido a distintas convenciones y declaraciones internacionales, mostró las irrefutables cifras de desigualdad en lo que hace al VIH y Sida en América Latina. Incentivó a las y los religiosos presentes a un mayor compromiso con la igualdad de las mujeres y a asumir que no es un problema de las mujeres, sino de justicia, de inclusión social, de derechos humanos, "podemos decir en términos religiosos, que es un llamado," finalizó.
Sheija Amina al-Jerrahi, guía espiritual de la orden mística "Halveti Al-Yerrahi" del Islam y directora de Relaciones Internacionales del Consejo Interreligioso de México, subrayó la gran experiencia que es para ellas el trabajar en este espacio el tema del VIH y SIDA en mujeres y niños. "Nuestra orden es mística y no hemos enfocado directamente el tema, pero el intercambio religioso fomenta el conocimiento y el crecimiento personal de la conciencia, va permeando la comunidad, en la educación y el acompañamiento." Consultada sobre las prácticas y/o restricciones de su orden en conducta sexual y prevención dice "no tutelamos las conductas de las personas, pero sí fomentamos el cuidarse y cuidar al otro. Las mujeres religiosas del Islam en México lidiamos con el peso de toda mujer latinoamericana que es muy distinto del peso que carga la mujer islámica en países teocráticos, donde las interpretaciones del Coran han sido viciados por un extremo patriarcado. El Corán es liberador para la mujer, porque establece la equidad."
La Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP) celebró este Foro conjuntamente con la Pastoral Ecuménica y Solidaria con Personas Viviendo con HIV-SIDA, la Alianza Ecuménica de Acción Mundial (EAA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Iniciativa de Políticas en Salud de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Institucional (USAID/HPI) y la AMIA.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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