22 enero 2007 José Aurelio Paz
SAN JOSÉ DE LAS LAJAS, Cuba – La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos comenzó a celebrarse en Cuba a nivel comunitario, con el regocijo de católicos y evangélicos en el afán de echar a un lado las diferencias y hacer visible el mandato de Jesús: "Que todos sean uno."
En San José de Las Lajas, un pequeño municipio cercano a la capital, tuvo lugar un servicio religioso en un apartamento de un edificio, devenido hoy templo de una de las congregaciones de la Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba.
Allí, el presbítero Mario Delgado, párroco de la Iglesia Católica de esa localidad, se refirió a los cristianos del mundo como una gran familia donde pueden existir divergencias, pero donde debe prevalecer la unión a partir de una fe común en Jesucristo.
Dijo que se puede aprender de lo mejor de la tradición familiar cubana en que hermanos y primos luego de discutir e, incluso, irse a las manos en determinados momentos, luego se reconcilian y hasta se besan porque el amor que los une es superior a las momentáneas diferencias.
Hizo énfasis en la oración como instrumento que reunifica y purifica a la vez, y se refirió a la intervención del Papa Benedicto XVI, el pasado miércoles 17 desde la Santa Sede, a tenor con la fecha celebrativa del Octavario.
Por su parte el pastor bautista, reverendo Manuel Delgado, expresó a ALC:
"Significa que, en este mundo donde hay tantas luchas y divisiones por intereses políticos, económicos y también religiosos, aún hay lugar para la esperanza, para el trabajo de hombres y mujeres por un bien común," y agregó:
"Es aportar nuestra humilde contribución recordando las palabras de Madre Teresa de Calcuta cuando, en cierta ocasión y ante el argumento de que el trabajo que realizaba con los pobres no acabaría con la pobreza, expresó que estaba consciente de que su labor era como una gota de agua echada al océano, pero que si ella dejaba de hacerlo le faltaría esa gota al mar."
La liturgia realizada incluyó una cruz vacía sobre la cual, los presentes, pegaron pedazos de papeles de colores como expresión de que la base común está en Jesucristo, a pesar de la diversidad de los seres humanos cuando esta, a veces, impide una real integración como enseñan los Evangelios.
"Creo que, fuera de esta semana, también católicos y evangélicos podemos emprender acciones comunes de adoración, pero, sobre todo, de servicio a la comunidad, sean cristianos o no, en un proceso que no debe ser violentado sino que debe fluir de manera natural como parte de nuestras experiencias de fe," concluyó el reverendo Delgado.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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