24 enero 2007

CIUDAD DEL VATICANO – En un comunicado difundido ayer por la agencia de noticias vaticana Zenit, el cardenal Walter Kasper aseguró que carecen de todo fundamento las acusaciones que se hacen a Benedicto XVI y a la Santa Sede de desinterés por el diálogo con las comunidades eclesiales surgidas de la Reforma.

"En muchas ocasiones, recordó el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, este Papa ha mantenido encuentros con los representantes de estas comunidades, y tres comisiones conjuntas han concluido trabajos importantes en 2006, a nivel de relaciones con anglicanos, luteranos y metodistas."

En el marco de un encuentro con periodistas en el que hizo un balance del movimiento ecuménico, Kasper aseguró que "la política del Vaticano es que queremos dialogar con todos los que quieren dialogar con nosotros."

Con respecto a la Semana por la Oración de la Unidad de los Cristianos, por la cual han surgido voces de reclamo en diversos sectores, aclaró que "el diálogo es diverso según el partner. El diálogo con los protestantes y el diálogo con ortodoxos es diferente, pues se da una diferencia cualitativa." "Con los ortodoxos tenemos una eclesiología y compartimos los sacramentos," subrayó.

También reconoció que en los últimos tiempos algunas cuestiones, como la admisión al sacerdocio de las mujeres, la postura sobre la homosexualidad y otros temas éticos, han alejado aún más algunas confesiones reformadas de la posición de la Iglesia católica.

Para el prelado, existen otras Iglesias libres que protestan contra esta especie de liberalización de los protestantes, y se sienten más cercanos al Vaticano. "Se da una cierta fragmentación en el mundo protestante, que no es homogéneo," dijo.

El camino ecuménico, concluyó el cardenal, "es un obra del Espíritu Santo: hacemos lo que es posible, pero no podemos ceder en las posiciones éticas."

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación