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La Crisis En La Iglesia Católica Polaca Continua

9 enero 2007

VARSOVIA, Polonia – La crisis que sacude a la Iglesia Católica polaca no quedó superada con la dimisión del recién nombrado arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, momentos antes de ser investido como tal. Por el contrario. En Polonia el caso sigue levantando olas, que este lunes arrastraron al párroco de la catedral de Wawel, en Cracovia: Janusz Bielanski presentó su renuncia, después de que se hicieran públicas revelaciones similares a las que derribaron a Wielgus, en cuanto a que había sido informante de los servicios secretos en tiempos del régimen comunista.

En medio de esta debacle, el Vaticano se esmera por evitar que el escándalo siga salpicando al propio Papa Benedicto XVI, blanco de críticas por su mala decisión en la elección de Wielgus. Si bien el Cardenal Battista Re aseguró que en el momento de la nominación no se conocían en Roma los alcances de las antiguas actividades del prelado, muchos se preguntan por qué la Santa Sede no reaccionó antes y sólo le retiró su apoyo literalmente en el último momento. Para el Papa, sin duda, el episodio es tan engorroso como para la Iglesia Católica polaca, cuya imagen de bastión de la moral, con la impronta tan viva aún de Juan Pablo II, se tambalea.

Al fin y al cabo, el Vaticano defendió al obispo hasta el final y aseguró tener plena confianza en él. Los observadores advertían desde hacía días, sin embargo, de que Benedicto se arrepentiría de su decisión de apoyar a Wielgus. "Eso tendrá consecuencias dolorosas para el Papa," dijo el historiador y antiguo ministro polaco de Exteriores Bronislaw Geremek al periódico La Repubblica de Italia.

En el mes de diciembre, un comunicado de la Oficina de Prensa del Vaticano explicaba que, «cuando la Santa Sede decidió el nombramiento del nuevo arzobispo metropolitano de Varsovia, tuvo en consideración todas las circunstancias de su vida, entre las que se encontraban las relativas a su pasado».

Al estallar durante el fin de semana el escándalo, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, se apresuró a calificar la dimisión del nuevo arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, como una "solución adecuada" a la polémica surgida por su relación con los antiguos servicios secretos comunistas.

"La renuncia al cargo en Varsovia y su rápida aceptación por parte del Santo Padre parece ser la solución adecuada para reaccionar a la desorientación propagada por la nación," dijo al finalizar el día, Federico Lombarda, portavoz del Vaticano en una emisión radial. El comportamiento de Wielgus en los años del régimen comunista en Polonia dañó gravemente su imagen, también entre los creyentes, añadió la declaración.

Los medios de prensa no tardaron en hacerse eco, y lo siguen haciendo hoy en toda Europa. El diario polaco Gazeta Wyborcza, de Varsovia dice: "El 7 de enero de 2007 es un día histórico en Polonia y el mundo cristiano. Ese día sucedió algo inaudito: un obispo asumió una de las más importantes arquidiócesis de Polonia y dos días más tarde es obligado por el Vaticano a renunciar, a pesar de que éste lo había nombrado conociendo las críticas contra su pasado. Lo peor es ver que el Papa no es ninguna autoridad para los católicos que se consideran incondicionales. Estos defienden al arzobispo Wielgus y atacan a Benedicto XVI. Pero es una suerte que la Iglesia haya tomado, al fin, una decisión acorde con la mayoría de la sociedad polaca."

Le Journal de la Haute-Marne, de Francia escribe: "Cuando las dictaduras caen, sus colaboradores se convierten en Agentes de la Omertà, el silencio que le permite a los antiguos responsables del régimen dispersarse en las masas y empezar otra vida. Este es el caso de Polonia con el caso de arzobispo Wielgus. La estampida de los culpables se ha visto en la República Checa, en Hungría y hasta en la República Democrática Alemana. Los países del Bloque Este cometieron el error de creer que el tiempo lo borra todo. A menudo, gobiernos y sociedad se han rehusado a procesar el comunismo porque no querían ejecutar una cacería de brujas. Los archivos de la Policía Secreta dan cuenta de las más abominables historias de espionaje, incluso entre familias. La Iglesia católica es una de esas familias que aún tiene muchos ‘cadáveres' escondidos en sus subterráneos."

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
Fuentes: Reuters, Zenit

 

 


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Last Updated January 13, 2007