10 octubre 2006 BUENOS AIRES,
Argentina – En la tarde de ayer se desarrolló el Seminario "Relaciones Estado-Confesiones
Religiosas. A 40 años del Acuerdo entre la Santa Sede Y la República Argentina,"
en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). De la organización
del mismo participó el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (Calir). Raúl
Scialabba, abogado bautista y presidente del Calir, disertó sobre el tema "Iglesia
Católica, confesiones religiosas y Estado en la Argentina de principios del siglo
XXI." En su exposición, el abogado analizó históricamente los que llamó "Dos principios
antagónicos que luchan entre sí en el mundo por siglos y siglos: La iglesia y
el estado." "Sus derivaciones fueron el predominio de la Iglesia sobre el Estado
o bien el de este último sobre aquella. En cualquiera de estas dos posiciones
o en situaciones intermedias los resultados han sido negativos para las libertades
de los pueblos y la soberanía del poder civil a través de la historia," afirmó.
El artículo 2 de la Constitución nacional –reformada
en 1994- dice que el gobierno federal "sostiene" su culto. "A pesar de ello muchos
han confundido el tema y en la práctica los sucesivos gobiernos han procedido
como si la religión católica fuera la religión del Estado," explicó. Como ejemplo
de la vivencia casi diaria de este concepto en la sociedad, Scialabba mencionó
" el oficio de tedeums para las celebración de festividades civiles, el levantamiento
de altares a la patria, las misas de campaña, la exclusividad de capellanes en
las fuerzas armadas, el nombramiento de vírgenes generalas, la enseñanza de religión
católica en escuelas públicas, etc." Con una postura
crítica en cuanto al artículo 2 de la Carta Magna, pidió reconocer que el hecho
de tener que sostener económicamente un culto determinado es suficientemente grave,
más aún a comienzos del siglo XXI, como para plantear seriamente la conveniencia
de su desaparición. "El sostenimiento con dinero del erario público de una iglesia
significa una injusticia y una parcialidad a toda prueba. Independientemente de
la cifra que el presupuesto nacional dispone –y en el vigente, la misma no cubre
ni parcialmente los gastos de la Iglesia Católica- este no es un problema de dinero
sino de principios de igualdad y justicia," continuó. "Imaginemos
cinco argentinos, uno católico, otro judío, el tercero musulmán, otro evangélico
y por último un agnóstico o ateo. La Constitución les dice: Todos ustedes " pueden
profesar libremente su culto o no hacerlo, pero los últimos cuatro después de
pagar los gastos de su propio culto, deberán pagar los del culto católico," la
ironía de la situación en plena conferencia permitió recordar que la Constitución
afirma que "todos los habitantes son iguales ante la ley," aunque la injusticia
del sostenimiento de un culto pone una injusticia con rango constitucional. Podríamos
considerar en función de que los obispos reciben el pago de sus sueldos del erario
público que son empleados públicos? preguntó a la audiencia. Y refiriéndose a
los recientes hechos de controversia entre la iglesia católica y el gobierno nacional
dijo "Los recientes conflictos suscitados con el actual gobierno si bien de distintos
índoles –por el caso Basseoto o el del obispo Piña en Misiones- han demostrado
independencia de criterio por parte de la Iglesia, pero llevan a situaciones de
controversia y confusión por parte de los gobernantes que anhelarían tener una
posición de control y dominio sobre las posturas de la iglesia. La situación de
la Iglesia Católica, al ser sustentada por el Estado y eso quiere decir por el
pago de impuestos de ciudadanos de otras confesiones y hasta de no creyentes-,
se convierte en una situación de incomodidad extrema, que ella misma debería interesarse
en terminar." Finalizando la alocución, Scialabba defendió
vehementemente la posición de quienes piden la separación de Iglesia y Estado
en Argentina, afirmando que "llamar la atención sobre la separación de la Iglesia
y el Estado en la Argentina de comienzos del siglo XXI, no va en contra de Iglesia
alguna. Es también defender un principio cristiano." Agencia
Latinoamericana y Caribeña de Comunicación |
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