Published by the Queens Federation of Churches
Estudioso De La Religión Dice Que L Cooperación Marca El Nuevo Momento Ecuménico

23 agosto 2006

LONDRINA, Brasil – El movimiento ecuménico en Brasil vive un nuevo momento, caracterizado por la articulación y la cooperación. Iglesias y organismos comienzan a trabajar en conjunto, principalmente a través de redes, forzadas por la coyuntura del país, que exige posiciones y acciones concretas de intervención.

Esta evaluación del coordinador del "mapeo" y diagnóstico del movimiento ecuménico en Brasil, el cientista de la religión Darli Alves de Souza, aparece en un informe preparado para el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). El organismo ecuménico va a revisar su misión, directrices, y líneas de acción en la V Asamblea General, a realizarse en Buenos Aires, del 19 al 25 de febrero de 2007.

"Un nuevo mundo ecuménico es posible," destaca Souza en el informe. En Brasil, no tiene más sentido la antigua división entre evangelicales y liberales, entre seguidores del Pacto de Lausana y del Consejo Mundial de Iglesias. Las relaciones ecuménicas ya superaron ese paradigma, señala el estudioso de la religión, aunque reconoce que aún existen tensiones en ese espacio.

El gran desafío para el movimiento ecuménico es la necesidad de mayor inserción en la congregación local. Souza propone, por tanto, acciones de formación ecuménica y actividades en el ámbito local. "Es necesario buscar alternativas para ser más ‘sal de la tierra' y ‘luz del mundo.' Los miembros de las congregaciones necesitan sentir el importante gusto de ser ecuménico," afirma el investigador.

En la sociedad de la información y de la tecnología "es necesario ofrecer respuestas más rápidas y contextualizadas," y utilizar los medios de comunicación modernos para involucrar a más personas en el ideal ecuménico, sugiere.

Souza detecta, en el análisis del espectro religioso actual en el país, dificultades que iglesias protestantes tradicionales están pasando debido a concesiones hechas a los movimientos carismáticos internos en el curso de los años, lo que ha llevado a una "descaracterización de sus identidades y tradiciones, fruto de la competencia en el mercado de bienes simbólicos."

Destaca la importancia del diálogo amplio y abierto con los pentecostales, de mejorar la relación ecuménica entre protestantes y católicos y, a partir de ahí, "extender las fronteras en dirección a otras religiones que pertenecen a la ‘oikoumene.' Sin esta predisposición el ecumenismo no será pleno," vaticina.

El "Diagnóstico del Movimiento Ecuménico en Brasil," título del documento, menciona que existen en el país varios modelos de vivencia ecuménica, lo que posibilita una rica y amplia experiencia.

Entre esos modelos, Souza señala el ecumenismo pleno, vivenciado más allá de las fronteras del cristianismo, como es el caso de la organización espiritista Legión de Buena Voluntad, que tiene como principales áreas de acción la promoción social y humana, la formación de ciudadanía ecuménica, la educación y cultura con espiritualidad. Otro tipo de vivencia ecuménica plena es la experiencia de los movimientos populares, libres de doctrinas, que actúan ante cuestiones concretas de la vida cotidiana.

Un segundo modelo de vivencia ecuménica, según el análisis de Souza, es el ecumenismo entre cristianos, que se da en entidades como el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC), la Coordinadora Ecuménica de Servicio (CESE), el Centro de Estudios Bíblicos (CEBI), el Centro Ecuménico de Servicios a la Evangelización y Educación Popular (CESEP), con la presencia de católicos romanos.

El ecumenismo evangélico, un tercer modelo, congrega a cristianos protestantes, pentecostales y evangélicos, lo que se verifica, por ejemplo, en el espacio promovido por el CLAI, por la Sociedad Bíblica de Brasil (SBB), Diaconía, Visión Mundial, Movimiento Evangélico Progresista y en la innumerables asociaciones y consejos de pastores, existentes en ciudades de gran tamaño.

Souza también señala a los no-ecuménicos, grupos, organizaciones e iglesias que no se identifican con ninguno de los tres modelos enunciados y que rechazan cualquier posibilidad de relacionamiento ecuménico. Este es el caso de los fundamentalistas y los que pertenecen a las religiones de mercado, ni todas de inspiración cristiana, que comercializan bienes simbólicos.

En este nuevo momento de articulación y cooperación en que se encuentra el movimiento ecuménico brasileño, Souza destaca el papel de FE-Brasil, una de las más importantes experiencias de trabajo en red, que comenzó en 1994 como Compartir Ecuménico de Recursos, motivado por el CMI.

A pesar de esos avances, Souza sostiene que es necesario desmitificar, de manera definitiva, la concepción errónea de que ecumenismo es sinónimo de fusión de iglesias. El investigador destaca que el movimiento ecuménico necesita de nuevos paradigmas en un contexto de sociedad plural.

La Iglesia, afirma Souza en el Diagnóstico, "está siendo desafiada por la sociedad cada vez más ‘religiosa' y menos dispuesta a constituirse como ‘iglesia' bajo doctrinas canónicas. Lo que importa, muchas veces, es el ‘mercado de bienes simbólicos'," indica.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación

 

 


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Last Updated August 27, 2006