7 agosto 2006
LA HABANA, Cuba – La Iglesia Católica de Cuba no apoyaría jamás ni aceptaría ninguna intervención extranjera, declaró el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana, el domingo, en diálogo con la prensa.
El cardenal Ortega rehusó comentar la situación cubana, seis días después de que el presidente Castro se viera obligado a ceder temporalmente todos los poderes a su hermano Raúl y a otros dirigentes del Partido Comunista, aquejado por complicaciones gastrointestinales.
Ortega leyó en la catedral de La Habana el mensaje de los obispos católicos donde se destaca que el delicado estado de salud que aqueja al presidente Fidel Castro constituye un momento especialmente significativo para el pueblo" y exhortó a orar "para que Dios acompañe en su enfermedad al presidente."
Reconoció que hay preocupación en los obispos y ello ha quedado reflejado en la Carta de la Conferencia Nacional de los Obispos. "Pedimos a nuestras comunidades oración por el presidente enfermo, por lo que lo suceden en el poder transitoriamente y al mismo tiempo por Cuba." "Es nuestra forma de poner el futuro en manos del Señor; en estos momentos es lo que le corresponde a la Iglesia," agregó.
Calificó como importante el pedido de los obispos de que "nada rompa la concordia y nada perturbe la paz entre cubanos."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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