12 mayo 2006
SAN JUAN, Puerto Rico – La demanda de soluciones a la crisis fiscal sin precedentes que enfrenta el gobierno puertorriqueño y el disgusto por el despido de miles de trabajadores el uno de mayo, unieron ayer jueves a obreros y líderes religiosos en una de las más grandes manifestaciones de las últimas décadas.
Según observadores 50.000 trabajadores desfilaron por las calles céntricas de la ciudad y se concentraron frente al Capitolio, para reclamar al Ejecutivo y al Legislativo que superen sus diferencias y acuerden soluciones a la crisis presupuestaria que obligó al gobierno a cerrar más de 40 oficinas y cesar a más de 90.000 servidores públicos.
El obispo metodista Juan Vera, uno de los dos oradores en la concentración, dijo que los religiosos tenían la obligación de estar junto con los trabajadores, y apoyar las justas demandas para reponer a los despedidos en sus puestos de trabajo.
"Sus luchas son nuestras luchas, sus sueños son nuestros sueños y en ese espíritu de solidaridad, les digo que si el pueblo está en las calles, en la calle estaremos con el pueblo," dijo emocionado Vera, quien preside la Coalición Ecuménica e Inter-Religiosa de Puerto Rico.
La Coalición, integrada por representantes de la Iglesia Católica, de iglesias evangélicas y de la comunidads musulmana, jugó un rol importante en la búsqueda de soluciones a la crisis fiscal y propuso la semana pasada que el gobierno disponga de una partida a modo de préstamo, del orden de 740 millones de dólares estadounidenses, para asegurar el retorno de los trabajadores a sus centros de trabajo desde el lunes próximo.
Para evitar crisis similares en el futuro, Vera demandó una urgente reforma contributiva y fiscal que haga justicia a los asalariados y que obligue a contribuir más a los que más recursos posean. Al mismo tiempo pidió a las autoridades acabar con los gastos innecesarios, reestructurar el presupuesto y administrar eficientemente los recursos.
Aludiendo a Martin Luther King, el líder ecuménico compartió sus sueños de lograr un Puerto Rico mejor, sin violencia contra la niñez y la mujer; con respeto a todas las formas de pensar, con compasión para aquellos que menos tienen y con líderes probos. Estos sueños no se pueden negociar, afirmó, en medio de aplausos de los trabajadores.
Sybaris Morales, quien fue la otra oradora, en representación de las mujeres trabajadoras, dijo el país está sufriendo por la incapacidad de los políticos para legislar y gobernar y advirtió que no descansará hasta ver que la legislación en berneficio de todos los trabajadores se apruebe.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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