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Ministra De Justicia Dice Que En América Latina Se Cree
Que Es Un Derecho Discriminar Y Maltratar a Empleadas Del Hogar

2 mayo 2006

LIMA, Peru – La mujer de América Latina, a diferencia de las de países industrializados, sale a trabajar gracias a que hay otra que la reemplaza en casa: la empleada del hogar, un servicio muy barato y poco reconocido en la sociedad latinoamericana, y que algunos sectores se creen con derecho derecho a discriminarlas y maltratarlas.

Así define Casimira Rodríguez, 39 años, soltera, ministra de Justicia del gobierno de Evo Morales, la situación de las trabajadoras de hogares en los países latinoamericanos, denominadas de diferentes maneras, pero generalmente sometidas a tratos ofensivos y agobiantes jornadas de trabajo.

Sencilla, de voz dulce, vistiendo una pollera, es difícil imaginar a Casimira Rodríguez como la aguerrida mujer que fundó la Federación de Trabajadoras de Hogar de Bolivia, y después, la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO), con filiales en 14 países.

De paso en Lima para inaugurar el viernes 28 de abril la V Asamblea de la CONLACTRAHO Rodríguez ofreció una entrevista exclusiva para ALC, en la que confesó que en los momentos de angustia y lucha de sus difíciles inicios, la Biblia fue un arma poderosa de consuelo y desafío..

"Mi principal influencia fue la Biblia, la Palabra de Dios. El libro de Salmos me inspiró mucho en los momentos de angustia y los textos del Nuevo Testamento, especialmente la vida de Jesús, me sirvieron mucho en los momentos de confrontación y de lucha por la justicia," dijo.

Refirió que frecuentaba una iglesia pentecostal, pero se retiró, presionada a optar entre la religión y el sindicato. "Un día me encontré con una hermana de la Iglesia Metodista que era líder de las mujeres campesinas. Ella me dijo que mi vida espiritual no entraba en contradicción con mi compromiso por la justicia, y a partir de ahí comencé a congregarme en la Iglesia Metodista de Cochabamba," contó.

Confesó que "abrió los ojos" en los talleres de reflexión y seminarios que el grupo ecuménico realizaba con mujeres campesinas. "Fue como abrir la cortina en un cuarto oscuro," refirió, al darse cuenta que la discriminación que sentía, era la misma que vivían otras compañeras.

Entonces comenzó su tarea de "evangelizar" a sus compañeras; entregando volantes a las mujeres que pasaban mientras barría la calle de la casa donde trabajaba. "Un día entregué un volante a una mujer trabajadora del hogar y ella me dijo: señora, no sé qué dice aquí. Eso fue un golpe para mí. Me dije hay que fortalecer la organización," recordó.

Hoy, líder de las trabajadoras de hogar y convertida en ministra, la vida le ha dado la oportunidad de volver a ver a muchas de las "patronas" que la emplearon y discriminaron. "Es interesante, me han hecho pasar a la sala, lugar que tenía prohibido de pisar cuando trabajaba para ellas. Incluso cuando me he encontrado con los hijos fuera del país, me han llevado a pasear," agregó.

Casimira sostiene que pese a la legislación existente en América Latina con respecto al trabajo doméstico, a menudo no se cumple, aunque admitió que desde la organización de las federaciones nacionales y la Confederación Latinoamericana " hay algunos avances."

La discriminación que vivió como empleada del hogar, aún hoy la amenaza. Algunos sectores conservadores bolivianos han demandado su salida del gabinete, argumentando que carece de experiencia y los conocimientos legales necesaria para ocupar la cartera de Justicia.

Es que Casimira trabajó durante 18 años como doméstica, razón que enarbola el Colegio Nacional de Abogados de Bolivia para pedir su destitución, pues no le bastan los estudios de Antropología que Casimira hizo, robándole tiempo a sus labores sindicales.

Rodríguez recibió el año 2003 el Premio del Concilio Mundial Metodista, que también ha sido otorgado a personalidades como Boris Trajkovsky, ex-presidente de Macedonia; Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica; Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas; y organizaciones como la Comunidad de San Egidio, que impulsó la paz en Mozambique y las Abuelas de la Plaza de Mayo, de Argentina.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación

 

 


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Last Updated May 6, 2006