3 marzo 2006

OAXACA, México – Un pastor bautista que ejercía como jefe policial en la comunidad de Calihuala, Oaxaca, murió baleado junto a su hermano y su sobrino, también policías municipales, a manos de una turba que reaccionó violentamente por la detención de un hombre armado y aparentemente ebrio, que también perdió la vida en la gresca.

El hecho de sangre se produjo en la madrugada del 1 de marzo, cuando Aldegundo Villavicencio Camarillo, comandante de la Policía Municipal, intervino a un grupo de personas que salían de una fiesta, uno de los cuales, Germán Valeriano Ramírez, había sacado un arma y disparado varias veces.

Villavicencio, quien también era pastor y presidente de la mesa directiva del Consejo Indígena Campesino Evangélico de México (CICEM), logró desarmar a Ramírez y con la ayuda del sargento Macario Villavicencio, su sobrino, y del cabo Carlos Villavicencio Camarillo, su hermano, intentaron conducirlo a la cárcel. Fue en ese momento que los amigos y familiares del detenido arremetieron a golpes y tiros contra los agentes del orden.

El confuso incidente se produjo a las dos de la mañana, según informó una fuente del Seminario Bautista. "Nuestro hermano Liano (como llamaban a Villavicencio), junto con su hermano y sobrino, han muerto de esa manera. Cuando recibimos la noticia no creíamos y esperábamos que todo fuera un error, pero después recibimos la confirmación," dijo el pastor Lázaro González.

El miércoles se celebró un culto en Calihuala en memoria de los caídos, que se prolongó hasta la madrugada del jueves, donde asistieron sus familiares y lideres de todas las iglesias de la región.

El pastor Liano estaba organizando el viaje de los representantes de la zona a la Asamblea Nacional del CICEM, a realizarse el último fin de semana de marzo. "Nuestro hermano Liano, siempre apoyó el trabajo de su iglesia y las misiones en la zona mixteca y de todas las zonas donde tiene presencia el CICEM ," refirió el pastor González.

Hasta el momento de este despacho, se sabe que ninguno de los culpables fue arrestado, y se cree que las autoridades los dejaron escapar. "Pidamos que la justicia divina actúe ahora más que nunca, ya que quedaron tres viudas y muchos huérfanos de esta tragedia que enluta a la familia Villavicencio, al pueblo y a la iglesia," dijo el pastor.

La comunidad de Calihuala es mayoritariamente católica, no obstante el pastor bautista Villavicencio había sido elegido por el pueblo como comandante policial por su desempeño ejemplar. Sin embargo esta localidad ha sido muy renuente con los evangélicos y siempre les han impuesto cargas como apoyar las fiestas patronales católicas, dar contribuciones y otras cosas, que los hermanos han tratado de cumplir, para evitarse problemas, comentó González.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación