17 febrero 2006 Por Edelberto Behs
PORTO ALEGRE, Brasil – El presidente Luiz Inácio Lula da Silva instó al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) a continuar apoyando a Brasil en la construcción de una sociedad cada vez más justa y en el combate al hambre y la pobreza en el planeta.
Al mismo tiempo agradeció la solidaridad activa que el organismo ecuménico ofreció en la lucha por la democratización del país. "La democracia y la libertad conquistadas por el pueblo brasileño también fueron conseguidas con la participación solidaria de las iglesias," dijo.
Hablando ante más de dos mil personas reunidas en la plenaria de la IX Asamblea del CMI, este viernes, Lula destacó la acogida que ese organismo dio, de 1970 a 1980, al educador Paulo Freire, "uno de los brasileños más respetados en el área de la educación" y que fue perseguido por el régimen militar, obligándolo a dejar el país. Freire fue consultor del CMI en ese periodo.
El líder brasileño asistió al acto acompañado por la primera-dama, Marisa Leticia; la ministra de la Casa Civil, Dilma Rousseff; el ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, así como por políticos del sur de Brasil, entre ellos los ex-ministros de su gobierno Olivio Dutra y Tarso Genro.
El moderador del CMI, su santidade Aram I, saludó al presidente Lula, destacando su origen humilde. "Usted sabe, por experiencia, identificarse con las expectativas, sufrimentos y esperanzas del pueblo," señaló.
Al referirse a la ciudad sede de la IX Asamblea, Porto Alegre, Aram I sugirió la creación de nuevas ciudades en Brasil con nombres como Puerto Esperanza y Puerto Vida. "Mi expectativa es que usted conduzca esta nación para que tenga una calidad de vida sustentada en la alegría y la esperanza," subrayó.
Al ser recepcionado por líderes ecuménicos en la sala vip del campus de la Pontificia Universidad Católica, sede de la Asamblea, Lula recibió una pelota de fútbol como regalo. Seguidor apasionado del club Corinthians, de São Paulo, Lula tomó la pelota y ensayó unas jugadas. El balón, producido en Sialkot, Pakistán, es el símbolo de la campaña por el comercio justo, que las iglesias protestantes de Westfalia y de Renania iniciaron en el marco del Campeonato Mundial de Fútbol, que tendrá, este año, como sede a Alemania.
En la conversación con líderes ecuménicos, que precedió a su alocución en la Asamblea, el presidente brasileño comentó la importancia de la cooperación Sur-Sur. Citó el programa de diodiesel que Brasil está desarrollando, y que podría ser una alternativa energética para países de África. Dijo que la cooperación con los países de África, Asia y del mundo árabe es importante en el escenario internacional para lograr una voz influyente en los organismos internacionales.
"Los invitados deben estar percibiendo que la democracia respira fuerte del lado de fuera (del auditorio). Para un país que vivió 23 años subordinado a un régimen autoritario, no hay ruido más agradable que un pueblo gritando, sea a favor o en contra. Lo que importa es que esté gritando," comentó el presidente al iniciar su discurso ante la Asamblea que reúne a representantes de iglesias protestantes, ortodoxas y anglicanas de 110 países. Lula se refería al coro de centenares de personas, mayoritariamente de Brasil, que estaba en una amplia sala contigua y que reclamaba la proyección de las imágenes del acto por circuito cerrado.
En su discurso, Lula resumió, entre aplausos de los asistentes, las realizaciones de sus tres años de gobierno para "transformar la realidad de Brasil." Dijo que buena parte de las iniciativas del gobierno tiene origen en la movilización de la sociedad, como la construcción de las 113 mil cisternas en el Nordeste para la captación y almacenamiento de agua. Mencionó también el programa "bolsa familia," que beneficia a 40 millones de brasileños y brasileñas, y que les permite acceso a comida tres veces al día.
Destacó la participación de las iglesias en la concientización de los sectores populares, en la organización de registros con fines sociales y en la fiscalización de los programas del gobierno. Las entidades religiosas han desempeñado un papel insustituible en ese proceso de transformación de Brasil y confiamos que esa colaboración sea cada vez más estrecha," afirmó.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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