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Paz Y Esperanza Afirma Que Después De 10 Años Sigue Creyendo En La Justicia

19 enero 2006

LIMA, Peru – Paz y Esperanza, una asociación cristiana surgida tras la guerra interna que ensangrentó al Perú en las dos últimas décadas del siglo pasado, cumplió hoy su décimo aniversario. "Diez años después, seguimos creyendo en la justicia," afirmó el abogado Alfonso Wieland, director ejecutivo de la organización.

El 19 de enero de 1996, un pequeño grupo de seis profesionales cristianos, decidió formar la Asociación Paz y Esperanza, dando continuidad a la labor pionera que realizó el Concilio Nacional Evangélico.

"Desde entonces hemos visto crecer el número de personas que se integraron a la institución así como el crecimiento de nuestro trabajo," dijo Wieland. Actualmente la asociación trabaja en Ayacucho, región sur-andina; en los departamentos de la selva Huánuco y San Martín, así como en zonas urbano-marginales de Lima y colabora con organizaciones de iglesias de Bolivia, Colombia, Guatemala y de otros países de la región.

La labor de Paz y Esperanza abarcó en un principio las secuelas dejadas por la violencia política en el país, acompañando casos de presos inocentes, injustamente acusados de terrorismo, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas y procesos de verdad y reconciliación.

Tal aproximación a la situación carcelaria peruana, obligó a la asociación a desarrollar propuestas contra la justicia discriminatoria, transgresión del debido proceso, abuso de autoridad, torturas y presión sobre las víctimas, especialmente las mujeres.

Otros vacíos de la sociedad peruana fueron agregando nuevos proyectos a esta organización, como la exclusión social y de género, falta de políticas de protección al niño y adolescente, marginalidad y desconocimiento de los derechos ciudadanos, centralismo y debilidad institucional.

Los proyectos de Paz y Esperanza, que forma parte de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, se centran en la defensa de los derechos humanos de las víctimas y excluidos. "Hemos sido testigos de que el esfuerzo desplegado ha rendido frutos que sinceramente no imaginábamos," afirmó Wieland.

"Diez años después afirmamos que seguimos creyendo en la justicia. Esa justicia que es una exigencia de Dios para cada persona, para cada sociedad y nación. Creemos que es posible ver crecer a nuestros hijos e hijas libres de abusos," aseguró Wieland.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación

 

 


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Last Updated January 21, 2006