22 diciembre 2005

PORTO ALEGRE, Brasil –"Navidad es un constante renacer de esperanzas, un brotar renovado del espíritu de solidaridad, una reminiscencia irrenunciable a Jesús," dijo el pastor-presidente de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil (IECLB), Walter Altmann, en carta pastoral dirigida a las congregaciones.

Altmann recordó, en la carta, el encuentro que el Consejo de la Federación Luterana Mundial (FLM) tuvo este año en Belén. "Tierra Santa' de donde nos viene la paz que los ángeles proclamaron y que Jesús vivió. Pero hoy es aún una tierra llena de conflictos, y por eso mismo ansía la paz," afirmó.

El presidente de la IECLB enfatizó que también las iglesias "necesitamos permanentemente la reconciliación, fortalecer la comunión y la unidad, ir a Belén, a la fuente de la paz."

La obispa metodista Marisa de Freitas Ferreira Coutinho, de la Región Misionera del Noreste, hizo una referencia gráfica al olor de la Navidad, en contraste con las realidades duras y hediondas. Según la obispa, el mal olor no viene del sudor del trabajador, sino de aquellos que bañados en lociones caras, suscriben acuerdos ilícitos, ofrecen coimas y utilizan doble contabilidad, en alusión a la grave crisis de corrupción que afecta al país.

En el mensaje al pueblo de Dios, la obispa destacó, sin embargo, que "más fuerte que los vergonzosos robos a la nación debe ser la voz del pueblo brasileño en defensa de la ciudadanía. Cobardía no combina con fé. Dios nos invita a creer en la Navidad," agrega. "El nacimiento de Cristo es perfume agradable a Dios. Es un olor que atraviesa cualquier ambiente," puntualizó.

El arzobispo metropolitano de Belo Horizonte, Walmor Oliveira de Azevedo, destacó que la Navidad es tiempo de alegría y renovación de la esperanza. "El Señor viene y nos da la misión de empeñarnos en la construcción de una sociedad justa y solidaria," afirmó.

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación