14 octubre 2005
RÍO DE JANEIRO, Brasil – Los lazos, símbolo de la II Jornada Ecuménica en 2002, dieron lugar a las redes que posibilitan la ampliación y el fortalecimiento del movimiento ecuménico en Brasil y en América Latina, en la tercera edición del evento, reunido del 12 al 15 de octubre en Mendes, Río de Janeiro.
El cambio en la simbología fue destacada por el secretario ejecutivo del organismo ecuménico Koinonia, Rafael Soares de Oliveira, al saludar el miércoles a los participantes en la apertura del encuentro, celebrado bajo el lema "Solidaridad, Justicia y Paz."
El obispo metodista emérito Paulo Ayres recordó en la homilía la expectativa vivida por la elección histórica de un presidente de la República proveniente de la clase trabajadora, apoyada por un amplio frente político. Hoy, dijo, el momento se caracteriza para muchos como de desesperanza y fracaso frente a las denuncias de corrupción y de resultados negativos para los movimientos populares.
Es un momento de desafío y superación y requiere de coraje para no desistir de un sueño mayor al de partidos y personas. Es preciso, pues, lanzar redes al mar, afirmó.
Más de 450 participantes de diferentes iglesias cristianas y de movimientos sociales de Brasil y de América Latina participan en la III Jornada, reunida en la Hacienda San José, en Mendes, a 92 kilómetros de la capital. También participan delegados y delegadas a la IX Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) que tendrá lugar en febrero de 2006, en Porto Alegre.
En la apertura se recordaron las diferentes fases del ecumenismo. Los años 50 del siglo pasado marcaron el inicio de la red ecuménica y los años 60, la herencia de esa generación, fue resumida en la palabra "resistencia"; periodo en que las iglesias se unieron a los movimientos sociales en la lucha por los derechos humanos.
Los participantes de la Jornada que se insertaron en el ecumenismo en los años 70 citaron nombres de líderes religiosos que murieron por el ideal de justicia social, resistiendo a las dictaduras militares implantadas en países de la región. Los años 80, surgieron importantes movimientos populares, como lo de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil.
El grupo que inició la caminata ecuménica los años 90 se identificó como integrante de la generación "Coca-Cola," pero rechazó la identificación de los años 80 como "década perdida." El grupo registró diversas ganancias, como el inicio del movimiento de estudiantes de Teología y el inicio de las articulaciones entre organismos ecuménicos y de la sociedad civil en la elaboración de políticas públicas.
La Coordinadora Ecuménica de Servicio (CESE) e integrante de la Coordinación del Foro Ecuménico (FE-Brasil), uno de los organizadores del evento, señaló que la búsqueda por la paz está en la agenda del movimiento ecuménico desde sus orígenes.
La Jornada definió al evento como "promotor de la solidaridad de los grupos populares y comunidades religiosas entre sí y para con los desposeidos y excluidos de nuestra sociedad, dirimiendo desigualdades para superar desavenencias, pues solamente con justicia se podrá alcanzar la anhelada paz social."
La cita que concluye el sábado para dar lugar al día siguiente a la Pre-Asamblea del CMI, estudia ocho ejes temáticos: Derecho a la tierra y diversidad cultural; Vida urbana; Superación de la violencia; Superación de la intolerancia religiosa; Niño y juventud; Sexualidad y derechos reproductivos; VIH/Sida; y Medio ambiente.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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