16 septiembre 2005
BUENOS AIRES, Argentina – La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) hizo un llamado a la nación para que abra los ojos a la cruda realidad que enfrentan millones de jóvenes del país, condenados a la falta de empleo, la violencia y ausencia de ideales y principios éticos.
Cada día en Argentina 11 jóvenes pierden la vida en sucesos violentos; de cada 3 conductores involucrados en accidentes graves, uno es joven; el 76 por ciento de consumidores de alcohol son menores de 26 años y uno de cada diez jóvenes reconoce haber probado drogas ilegales, revela el manifiesto que lanzó el jueves la organización religiosa en el Senado de la Nación.
El pronunciamiento titulado "Declaración de Valores y Principios de la Juventud Cristiana Evangélica," llama la atención sobre la pérdida de valores y la falta de ejemplos de los mayores para los jóvenes en la sociedad argentina.
En Argentina no hay un ascenso social que responda al esfuerzo del estudio y trabajo, sostuvo Rubén Proietti, presidente de ACIERA; en cambio existe una compulsión por convertir a los jóvenes en ídolos deportivos o artistas, usando el modelo de la fama y el éxito fácilmente conseguidos y los estilos de corrupción como la forma natural de enriquecimiento.
Los datos que saca a luz la organización religiosa apuntan a la extrema vulnerabilidad de la población juvenil que enfrenta la falta de empleo en porcentajes que van desde un 38 por ciento en los sectores medios y el 54 por ciento en los pobres.
Un 21 por ciento de los jóvenes son indigentes, 6 de cada 10 son pobres y 58 niños mueren diariamente por razones de mala alimentación. El 50 por ciento de jóvenes entre los 13 y 17 años no concluye la secundaria, el 35 por ciento de jóvenes entre los 15 y 24 años no estudia ni trabaja, señala ACIERA.
"Falta el ejemplo de los mayores," dice el pronunciamiento que afirma que la única oportunidad para el pueblo argentino "es volver a las conductas y valores bíblicos," entre los que enumera la práctica del amor al prójimo, la solidaridad, la lucha contra la indiferencia y el individualismo egoísta.
El manifiesto rechaza la tendencia actual hacia una ambición material desmedida, la valoración excesiva de la imagen física, el desprecio por el conocimiento y la exaltación de la mediocridad y lo banal.
Expresa preocupación por el aumento de embarazos adolescentes y propone un trabajo urgente sobre temas de salud reproductiva y procreación responsable. "Nos expresamos a favor de la vida. (.) Rechazamos el aborto, las prácticas suicidas, la eutanasia y todo aquello que atente contra la vida," señala el manifiesto.
Finalmente demanda un modelo de gobierno basado en la honestidad, la transparencia, la justicia social y la equidad.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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